Este artículo se publicó hace 16 años.
La nieta de un fusilado dice que "desde hoy dejará de primar el silencio de la familia Lorca"
La nieta de un maestro supuestamente enterrado en la misma fosa común que Federico García Lorca, Nieves Galindo, ha augurado hoy, antes de presentar ante el juez Baltasar Garzón la petición de exhumación del cuerpo de su abuelo, que "desde hoy dejará de primar el silencio de familia de Lorca".
Así lo ha dicho Galindo en declaraciones a los periodistas en la Audiencia Nacional, a la que ha acudido junto a dos representantes de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica y el hispanista Ian Gibson para formalizar la solicitud de exhumación de los restos de su abuelo Dióscoro Galindo y del fontanero Francisco Galadí, a lo que se opone la familia del poeta.
"Tengo toda mi esperanza puesta en esta iniciativa de Garzón porque es mi última salida", ha asegurado Nieves Galindo al referirse a la decisión del magistrado de pedir información para elaborar un censo de los desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo.
Aunque Galindo ha señalado que respecto a dicha iniciativa la familia de Lorca "no ha dicho nada", los herederos del poeta se han pronunciado en ocasiones anteriores en contra de que se abra la fosa, ubicada entre las localidades granadinas de Víznar y Alfacar, basándose en que se "desvirtuaría la historia".
Por su parte, el presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, Francisco González, ha opinado que los restos del poeta deberían ser "patrimonio de la Humanidad", por lo que, ha argumentado, "cualquiera puede reivindicarlos".
Junto a la petición de exhumación, la asociación ha presentado ante Garzón un dossier con las coordenadas del lugar en que supuestamente están enterrados los cuerpos de Lorca, Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y el banderillero anarquista Joaquín Arcollas, quien murió sin descendencia.
El vicepresidente de la asociación y alcalde de a localidad granadina de Pulianas, Rafael Gil Bracero, ha destacado que "no hace falta hacer excavaciones", sino que se puede utilizar un radar para localizar los cadáveres, de manera que se evitarían "escándalos".
Además, ha añadido que las labores de identificación no deteriorarían los cuerpos, puesto que el cráneo de Lorca podría cotejarse con las fotografías que se disponen de él, a Galindo le faltaba una pierna y los restos de Galdí se podrían contrastar con el ADN de su nieto, identificando los restos de Arcollas por exclusión.
"Lo que no puede ser es que la voluntad del asesino deje en las cunetas los cuerpos de los fusilados durante la guerra", ha observado Gil Bracero, que ha insistido en que lo que pretende es que "cualquier familia pueda dar una sepultura digna a sus antepasados".
Por su parte, Ian Gibson ha dicho que "la obsesión de toda su vida" es conocer dónde están "realmente" los restos del que ha considerado el poeta más importante de España, desde que hace cuarenta años un enterrador le mostró dónde descansa Lorca desde 1936.
Gibson ha dicho que lo que está haciendo Garzón es "un paso de gigante" para las víctimas de "una atrocidad que acabó con muchas vidas".
"La reconciliación es lo único que puede servir para que este país avance", ha asegurado Gibson, tras considerar que las heridas que algunos consideran que se están abriendo con esta iniciativa sólo se cerrarán si se desarrolla la investigación a la que Garzón ha abierto la puerta.
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