Este artículo se publicó hace 13 años.
El negocio de la política
Las recetas explosivas de José María Aznar
El pasado jueves, con ocasión de la primera subasta de bonos públicos del Tesoro, la cadena CNBC envió a Madrid a su corresponsal en París, Stéphane Pedrazzi, para entrevistar a José María Aznar. El ex presidente afirmó en una de sus respuestas que un 50 por ciento del sistema financiero español es sólido y la otra mitad, sobre todo las cajas de ahorro, necesitan ser privatizadas y recapitalizadas. "Es un problema muy interesante, pero (al mismo tiempo) una muy seria oportunidad para inversores internos y externos el de invertir en este sector en España", explicó.
Esta afirmación puede a bote pronto parecer una obviedad, pero cobra interés a la luz de la actividad nacional e internacional de Aznar, que su reciente nombramiento como asesor de Endesa para América Latina ha actualizado. El debate que aflora sobre los ex presidentes es una ocasión para reflexionar tanto sobre los sueldos, compensaciones y negocios, como sobre su conducta institucional. Veamos la declaración de Aznar. ¿Cuál es el pecado? Está claro que el ex presidente se gana la vida rentabilizando su pasado presidencial, sí. Pero también su actividad política presente.
Aznar parece ofrecerse a los inversores que dice España necesita
"Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos". José María Aznar es presidente de honor del PP y preside FAES, ocupaciones que compatibiliza con conferencias pagadas y sus puestos en distintos consejos de administración. ¿Y qué tiene que ver esto con la citada declaración a CNBC? Que cuando Aznar habla de lo interesante que puede ser la capitalización de cajas de ahorro en una televisión dirigida precisamente a inversores internacionales está pasando un anuncio. ¿Quiere asesorar a estos inversores? Podría ser. ¿Por qué no?
Su anuncio llega además cuando caen chuzos de punta. Estamos ante la última vuelta de tuerca a las cajas de ahorro. El Gobierno, persuadido por el Banco Santander y el BBVA, que están siendo castigados con altos tipos de interés npara financiarse, quiere que el Banco de España toque a rebato de una recapitalización forzosa y la bancarización de las cajas, mientras que éste último prefiere que, en todo caso, sea el Gobierno el que lo decrete. Aunque el asunto no afecta a La Caixa, fuerte y en camino de ser banco, sí puede tocar, por su debilidad, a Caja Madrid.
Pero volvamos al ex presidente. Su caso es único en el mundo. No hay antecedentes, ni en Europa ni en Estados Unidos, de un ex presidente que diga en medio de una crisis de la deuda en curso, que España está intervenida "de hecho" por la Comisión Europea y que lo que discute es si lo será de "derecho", esto es, si tendrá que acudir al Mecanismo de Estabilización Financiera, concluyendo que la configuración del actual Estado "es financieramente inviable".
En 2006 omitió al Consejo de Estado sus negocios con Murdoch
Excitando el 'corralito'Este mensaje a los mercados para que refuercen el corralito al que están sometiendo a España ya lo lanzó Aznar en el diario estadounidense The Wall Street Journal el 13 de diciembre pasado. Y por cierto, mencionar al diario de Rupert Murdoch evoca que Aznar, ante su inminente toma de posesión como miembro no nato del Consejo de Estado, omitió, en febrero de 2006, al presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, los "servicios sobre la estrategia corporativa global" que su empresa Famaztella facturaba a News Corp., desde septiembre de 2004 por 10.000 euros mensuales. Y fue así que asumió el cargo. Fue unos meses más tarde, en junio de 2006, al ser designado consejero del grupo de Murdoch, cuando habló de su nuevo puesto a Rubio Llorente, quedando claro que era incompatible (ya desde sus servicios anteriormente prestados) con el Consejo de Estado. El ex presidente Aznar, pues, renunció a su cargo.
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