El número uno del mundo, Rafael Nadal, sobrevivió hasta la segunda semana de Wimbledon tras sufrir de nuevo para superar el domingo al inspirado alemán Philipp Petzschner por 6-4 4-6 6-7 6-2 6-3.

El ganador del torneo en 2008 remontó dos sets a uno en la anterior ronda ante Robin Haase y tuvo que volver a hacerlo ante los aficionados de la pista central que percibían la primera gran sorpresa del torneo en una soleada tarde en Londres.

Nadal nunca había tenido que ganar dos partidos en cinco sets antes de alcanzar los octavos de final de un Grand Slam.

El español, que no pudo defender el título el año pasado a causa de una lesión en las rodillas, no se movió con fluidez. Estuvo haciendo gestos con su entrenador y su mirada al final del encuentro mostraba su malestar.

Se acercó un paso más a la final soñada contra Roger Federer, pero fue un partido demasiado intenso para ser la primera semana.

"Voy a estar bien", dijo Nadal. "No es un gran problema para mí. Ha sido una temporada larga", apuntó.

Pero mostró su completa admiración por su rival.

"El partido ha sido muy difícil para mí. El servicio de Philipp fue increíble", afirmó.

Nadal rompió rápidamente el servicio del alemán en el primer set y mantuvo la ventaja para hacerse con la primera manga por un cómodo 6-4.

Pero el servicio del español se derrumbó repentinamente en el décimo juego del segundo set al fallar un remate que permitió al cabeza de serie número 33 empatar el partido.

El tercer set fue muy igualado hasta que Petzschner salvó un punto de break en el undécimo juego.

En un emocionante tiebreak, Nadal salvó dos bolas de set antes de que el alemán se llevara la manga con un servicio directo.

A pesar de llamar dos veces al fisioterapeuta, Nadal fue capaz de colocarse con un 4-1 a favor en el cuarto set. Rompió el servicio del alemán por segunda vez cuando Petzschner perdió definitivamente el parcial con una doble falta.

Con el partido en la recta final y los jugadores luchando con molestas lesiones, un claramente agotado y abatido Petzschner llamó al fisioterapeuta también.

Al comienzo del set definitivo, el alemán falló una fácil volea al intentar hacer una dejada. El falló pudo minar la moral del jugador, visiblemente abatido.

Nadal se enfadó con un 2-2 en el marcador, cuando el juez de silla le advirtió que no podía hablar con su entrenador, su tío Toni, que estaba en la grada. Nadal agitó la mano en un gesto de enfado hacia el árbitro Cedric Mourier.

El español fue recompensado por su esfuerzo, rompiendo el servicio de su rival y colocándose con una ventaja de 5-3 y el servicio definitivo.

El siguiente rival del mallorquín será el francés Paul-Henri Mathieu, procedente de las rondas previas.