Este artículo se publicó hace 16 años.
La muerte de una mujer eleva a 154 el número de víctimas
Una testigo asegura que el piloto en ningún momento comunicó al pasaje que no quería volar
María Luisa Estévez González, la mujer de 31 años que estaba ingresada en el hospital La Paz de Madrid con pronóstico muy grave como consecuencia del accidente aéreo de Barajas, falleció ayer sobre las siete y media de la tarde. Esta muerte eleva a 154 el número de víctimas del siniestro aéreo. La mujer tenía un 72 por ciento del cuerpo quemado.
Una de los supervivientes ha relatado a sus familiares que, al contrario de lo que dijeron algunas personas allegadas a las víctimas, el piloto en ningún momento comunicó al pasaje que no quería volar y que se veía obligarlo a hacerlo. "El piloto comunicó por los altavoces del avión a los viajeros que se había encendido una luz en el cuadro de mandos y que, al no saber de qué se trataba, abortaba el despegue para que el aparato pasase una revisión", explicó una de los testigos en el hospital a sus parientes cercanos.
Esta mujer también ha afirmado que durante el tiempo que el avión fue revisado y durante el cual el pasaje no fue desalojado, vio por la ventanilla cómo se acercaban varios autobuses de Spanair, lo que le hizo pensar en un primer momento que les iban a cambiar de avión.
Por el momento, 18 heridos continúan ingresados en distintos centros hospitalarios de Madrid. En estado muy grave se encuentran un hombre de 57 años, Pedro Hernán, y una mujer de 44, que están ingresados en el hospital Ramón y Cajal. Con pronóstico grave permanece ingresada en el hospital de La Princesa una mujer de 30 años con neumotórax y politraumatismo.
"Estables dentro de la gravedad", según el parte médico, se encuentran tres personas: un hombre de 31 años que está en el hospital Infanta Sofía, con varias fracturas y con una contusión pulmonar; una mujer de 67, en el Doce de Octubre, con traumatismo craneoencefálico severo y fractura de tibia, y una niña de 11 años, en La Paz, que tiene fractura abierta de fémur.
Del resto de los heridos del accidente del pasado día 20, dos están "graves con evolución favorable", nueve "con evolución favorable" y uno tiene pronóstico leve, según el parte facilitado por la Comunidad de Madrid a las 20. 00 horas. Beatriz Reyes, de 41 años y directora de Caixa Galicia en Las Palmas, es la que mejor se encuentra. Está ingresada en el hospital Infanta Sofía y los médicos, incluso, podrían darle el alta mañana lunes.
Los forenses continúan en el cementerio de La Almudena de Madrid con la identificación de las víctimas. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó ayer que ya se conoce la identidad de 53 de los cadáveres rescatados tras el accidente del miércoles. El Gobierno confía en que este proceso concluya hoy gracias a las pruebas de ADN.
El ministro advirtió también de la dificultad para identificar algunos cuerpos por no disponer de una muestra de ADN de referencia. Es el caso de dos niñas y una joven adoptada, así como varias víctimas de nacionalidad extranjera.
Rubalcaba visitó ayer a los heridos que se encuentran ingresados en los hospitales de La Paz y en el Ramón y Cajal. El ministro aseguró que "todo el mundo está volcado" en el proceso de investigación y pidió paciencia y comprensión. Algunos análisis forenses, ante el mal estado de los cadáveres, están siendo muy minuciosos, por lo que el proceso se alarga. "Al final sabremos lo que pasó", prometió.
Por otra parte, el subdirector de Spanair, Javier Mendoza, aseguró ayer que 49 fallecidos ya han sido trasladados a sus lugares de origen. El directivo también avanzó que se va a comenzar a devolver a las familias los enseres de los fallecidos, e insistió en que la compañía dispone de los recursos necesarios para hacer frente al pago de las indemnizaciones.
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