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"Mortadelo y Filemón han sido un espejo de los temas de la calle"

Guiral recorre medio siglo de historia a través de los tebeos de Ibáñez

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En 1958, los dos personajes más populares del tebeo español vieron la luz en un estudio de Barcelona. Con vocación de entretenimiento y una fuerte influencia de su tiempo, Mortadelo y Filemón se hicieron un hueco en la revista Pulgarcito, alcanzando su mayor cota de éxito en 1969, cuando Ibáñez dibujó el primer álbum completo de la pareja de agentes secretos. Ahora, 53 años después de ventas y reconocimiento, Signo Editores ha reunido más de 3.000 páginas de historietas que resumen su trayectoria.

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"Mortadelo y Filemón es una serie importantísima para nuestra sociedad, es una de las sagas de cómic más longevas, además el autor sigue vivo y trabajando, por lo que seguiremos teniendo más. La serie es muy española, ha reflejado siempre nuestra sociedad, ha sido espejo de temas de la calle. Ibáñez siempre ha cogido temas de actualidad, en ocasiones coyunturales y los ha plasmado en sus historias", resume Antoni Guiral, crítico y editor de tebeos encargado de seleccionar esas páginas para la edición.

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La serie nació en 1958 como parte de Pulgarcito' y el primer álbum apareció en 1969

La serie de tebeos siempre ha contado con una dosis de crítica social y política, una crítica más velada hasta los años setenta consecuencia de la censura franquista que regulaba muy duramente los cómics. Con la llegada de la democracia, Ibáñez se liberó y pudo tratar esos temas con mayor libertad, lo que trajo consigo la creación de algunos de sus mejores álbumes. "Evidentemente siempre hay un tono paródico de la realidad, pero también hay un tono surrealista, sobre todo en las primeras aventuras. Entre 1958 y 1969 hay historias cortas, donde prevalece este tipo de humor, aunque Ibáñez era consciente de la censura. Hay algunas historietas geniales, con el surrealismo llevado a su máxima expresión. Con las largas llega un humor mas gamberro y paródico, pero también tiene álbumes muy especiales como Mortadelo de La Mancha, una adaptación libre de los dos libros de Cervantes", apostilla Guiral.

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El lenguaje literario de Ibáñez es, según Guiral, una de las claves de su éxito: "Ibáñez mete en cada viñeta un gag, ese es un punto a su favor, el público sabe que se lo pasará bien viñeta a viñeta, pero también es fundamental la manera de burlarse de los deportes o de los políticos, siempre siendo políticamente incorrecto, algo que él se puede permitir".

"El dibujante introdujo un tono surrealista, llevándolo en ocasiones a su máxima expresión"

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Todo esto convierte a Mortadelo y Filemón en "un fenómeno sociólogico que es reflejo de nuestra sociedad y a la que, además, ha impregnado con su particular estilo", apuntala Guiral.

El dibujo también juega un papel fundamental en el desarrollo de las historietas gráficas de Mortadelo y Filemón, "Ibáñez empieza dibujando influenciado por algunos historietistas españoles, entre ellos Vázquez, pero en la década de los sesenta entra en contacto con revistas que llegan de Europa como Spirou. Ahí publican dibujantes como Frank Kent con un estilo muy particular, muy fresco y apabullante. Ibáñez asimila esas formas, las hace suyas y con las influencias previas crea su propio carácter. El resultado es un dibujo directo fresco muy ágil, muy expresivo y vital, sus criaturas están vivas y eso lo consigue con muy pocos trazos. El dibujo te golpea aunque no seas consciente", concluye el compilador.

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