Este artículo se publicó hace 12 años.
Monti habla con Merkel y Obama, ve a Hollande, Rehn... ¿Y Rajoy?
El primer ministro italiano llega a Madrid después de una semana de contactos al más alto nivel, mientras que al presidente del Gobierno no se le ha visto. La prensa europea sostiene que el tecnócrata pedirá a España
El primer ministro italiano, Mario Monti, llega este jueves a Madrid para entrevistarse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Desde la semana pasada algunos medios internacionales -sobre todo en Italia- han especulado con que el exasesor de Goldman Sachs hará de emisario del Banco Central Europeo (BCE) y de Alemania para pedir a Rajoy que firme un memorando por el que acepte aceptaría la intervención de las cuentas españolas a cambio de que se reactive la compra de deuda soberana a través del nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), que debería entrar en funcionamiento en septiembre.
La sensación de inmovilismo y poca credibilidad que transmite el Ejecutivo de Rajoy ante este tipo de noticias -solo se ha molestado en desmentirlas-, se acentúa viendo la hiperactividad de Roma desde que Monti fuera designado primer ministro por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, en noviembre de 2011 -poco antes que Rajoy-.
Lo que ha pasado estos últimos días es el mejor ejemplo de ello. El viernes, el propio Napolitano se reunió en Londres con el presidente del BCE, Mario Draghi, un día después de que este dijera las palabras mágicas de "haremos todo lo que esté en nuestra mano para proteger al euro. Y créanme, será suficiente". El domingo, Monti habló por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel; el martes visitó a François Hollande en el Elíseo y conversó por la noche con el presidente de EEUU, Barack Obama; y hoy, se entrevistó en Helsinki con el comisario de Políticas Económicas, Olli Rehn, y el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen.
Cinco reuniones con MerkelSe puede presuponer que mientras Monti estaba de gira Rajoy ha mantenido contactos con los líderes europeos, pero el único movimiento visible -además del famoso comunicado conjunto de Exteriores que no existió - han sido a Alemania y Francia del ministro de Economía, Luis de Guindos, la semana pasada. Esos viajes, por otra parte, dieron pie al británico The Guardian para afirmar que De Guindos, comunicaría a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, que España necesitará un rescate de 300.000 millones de euros.
Una de las dos veces que Rajoy vio a la canciller alemana fue en Roma invitado por MontiMonti goza de una muy buena reputación no solo en Europa -fue comisario de la Competencia y habla inglés y francés perfectamente- sino en todo el ámbito de las finanzas ya que formó parte del club Bilderberg y presidió la Trilateral. Cuando asumió la presidencia del Consejo italiano se hizo cargo, además, del Ministerio de Economía, lo que propició que estuviera presente en todos los frentes en los que se hablaba del futuro del euro y del peligro que corría la moneda única dadas las dificultades que atravesaba Italia.
Aunque además de asistir a las cumbres oficiales, el tecnócrata no ha perdido -en exceso- el tiempo discutiendo si la "herencia recibida" de Silvio Berlusconi era mala o peor. En las dos semanas posteriores al nombramiento de su Gobierno de banqueros y profesores universitarios, había aprobado un plan de recortes de 30.000 millones, y se había reunido con el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, Merkel, Rehn y el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier.
Solo con la canciller alemana se ha visto de manera individual -sin contar las cumbres, las videoconferencias y llamadas telefónicas- hasta en cinco ocasiones; con Hollande, en lo que este lleva de presidencia, tres veces, lo mismo que con Rehn. En total, desde noviembre del año pasado, ha recibido o se ha reunido con 28 mandatarios, ministros o comisarios europeos y ha protagonizado giras por Estados Unidos, Asia y Oriente Medio.
De Rajoy no se puede decir lo mismo. El presidente se ha visto con Merkel dos veces, una de ellas en Roma, donde asistió como invitado de última hora del propio Monti; dos veces con Hollande -una también en Roma-, una con Sarkozy y otras dos con Rehn.
Sin credibilidadEl resultado final es que el peso específico de Monti -que ni siquiera pasó por las urnas- en Europa, es muy superior al de Rajoy -y su mayoría absoluta-, pese a que la situación económica de ambos países sea crítica, que las medidas aplicadas por los dos Gobiernos sean muy similares y que se hayan visto desbordados por las protestas masivas contra los recortes indiscriminados que han acometido.
El pasado viernes, el diario Le Monde publicó los supuestos planes de la UE para rebajar las primas de riesgo y controlar la amenaza de la deuda. El vespertino francés dijo que los socios del euro permitirían al Mede que adquiera deuda española e italiana en el mercado primario, al mismo tiempo que el BCE haría lo propio en el secundario.
En realidad esas son las funciones que se pactaron en el Consejo Europeo de junio para el Mede, que sustituirá al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y al Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera. Su puesta en funcionamiento estaba prevista para julio, aunque se ha retrasado a septiembre porque en Alemania se presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional.
Todo esto solo sería posible, según Le Monde, si se cumpliera una cosa: que el Gobierno de Rajoy pidiera la ayuda de manera oficial y permitiera por escrito a Bruselas controlar sus cuentas.
Los medios italianos se apuntaron al carro y el lunes, Il Corriere della Sera, aseguraba que "cuando el próximo jueves viaje a Madrid, Monti no podrá ignorar un precedente de 1997. Entonces, Romano Prodi visitó a su colega, el presidente José María Aznar, en Valencia, con la idea de que Italia y España aplazaran juntas su entrada en el euro. Monti, entonces comisario europeo, no lo aprobaba. En efecto, no funcionó: Aznar no escuchó a Prodi e Italia se vio obligada a acelerar el recorte del déficit para mantener el paso de los españoles. 15 años después, otro primer ministro italiano vuelve a España para discutir una propuesta, pero esta vez el primer ministro es Monti y la idea (no suya) es diferente: firmar inmediatamente una carta que somete al Reino de España a una tutela exterior, a cambio de un rescate de su economía y del euro".
Por su parte, Il Sole 24 Ore, añadía hoy que "una vez salvada España [...] será interés de todos, no solo del Gobierno de Monti [...] poner a Italia al seguro, sin obligarla a solicitar oficialmente ayuda, porque esto pondría en marcha mecanismos de resultados incontrolables. Bastarían adquisiciones de BTP [los bonos a diez años italianos] por parte del BCE".
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