Este artículo se publicó hace 14 años.
La ministra alemana de Trabajo, favorita para la presidencia
La ministra de Trabajo de Alemania, Ursula von der Leyen, ha surgido como la favorita para suceder a Horst Köhler en la presidencia del país, una medida que podría permitir a la canciller Angela Merkel reestructurar el gabinete y dar un mayor impulso a su partido.
Fuentes de la coalición gobernante de centroderecha dijeron que Von der Leyen, de 51 años, quien se convertiría en la primera presidenta de Alemania, es la candidata favorita de Merkel para suceder a Köhler, quien sorprendió al país el lunes al presentar su dimisión.
Varios periódicos también dijeron que Von der Leyen, que tiene siete hijos y es una de las ministras más populares de Merkel, probablemente recibirá el visto bueno en la elección, prevista para el 30 de junio, a un cargo que es en gran medida ceremonial.
Su nombramiento podría permitir a la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) mantener el control sobre el estado más poblado del país, Renania del Norte-Westfalia.
El 9 de mayo, la CDU ganó las elecciones en este estado por unos pocos miles de votos, pero su apoyo ha mermado y el primer ministro del estado federal, Jürgen Rüttgers, se arriesga a perder el poder.
El partido aún está negociando para formar un gobierno en Renania del Norte-Westfalia con los socialdemócratas (SPD, por sus siglas en alemán), pero la formación de centroizquierda parece reacia a llegar a un acuerdo con Rüttgers.
Llevar a Von der Leyen a la presidencia podría permitir a Merkel reemplazarla con Rüttgers o darle otro cargo en el gabinete, según medios. Algunos periódicos dijeron que Rüttgers incluso podría convertirse en jefe de gabinete en la cancillería.
Para esta semana se espera la candidatura formal por parte de los conservadores, que tienen mayoría en la asamblea federal que elegirá al nuevo presidente. El SPD podría presentar un candidato propio.
Köhler, ex presidente del Fondo Monetario Internacional, dimitió tras las críticas a sus declaraciones de que las acciones militares alemanas en el extranjero podían servir a los intereses económicos del país.
Su renuncia fue un golpe para Merkel, puesto que el apoyo a su partido ha caído al 30 por ciento, el nivel más bajo en casi cuatro años, de acuerdo con un nuevo sondeo.
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