Este artículo se publicó hace 12 años.
Militares amotinados se hacen con el control de parte de la capital de Mali
Un grupo de militares se hizo hoy con el control de varios puntos estratégicos de la capital de Mali, en lo que parece una asonada en protesta contra la decisión de movilizarlos para combatir la revuelta independentista tuareg que afecta al norte del país.
Los amotinados, procedentes del cuartel de Kati, situado a 15 kilómetros de Bamako, entraron en la capital disparando al aire y lanzando mensajes a la población para que regresara a sus casas.
Los militares se hicieron con el control de los principales nudos de comunicación de la capital y la sede de la radio y la televisión estatales, que ha cortado su emisión.
La guarnición de Kati se amotinó hoy como protesta por la decisión de las autoridades de movilizarla para participar en los combates contra la insurgencia independentista tuareg, que lucha contra el Ejército de Mali en el norte del país desde el pasado 17 de enero.
El desencadenante de la situación fue al parecer la visita al acuartelamiento del ministro de Defensa, Sadio Gassama, para hablar a los reclutas sobre el conflicto con el Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), que reclaman la autodeterminación de ese territorio.
Gassama fracasó en su intento de calmar los ánimos de los militares y sus familiares, que el pasado 1 de febrero ya protagonizaron disturbios en protesta por la situación del conflicto y el estado de las tropas.
Tras su intervención los militares saquearon el polvorín y se hicieron con las armas para iniciar una marcha de protesta hacia la capital.
Numerosas voces, dentro y fuera del Ejército critican desde hace semanas la forma en que el presidente de Mali, Amadou Toumani Touré, está gestionando la crisis con los tuareg, así como la penuria de medios del Ejército regular.
Aunque se han oído disparos en numerosos barrios de la capital, incluso cerca del palacio presidencial, no se ha tenido noticia de combates entre los militares amotinados, cuyo número ha ido aumentando a lo largo del día, y las fuerzas leales a la presidencia.
En medio de esta confusa situación, los accesos al aeropuerto han sido cerrados y los militares leales al régimen se limitan a patrullar por los alrededores del palacio presidencial, donde se encuentra Touré.
También ha dejado de emitir la cadena de televisión privada Africable y los malienses, sumidos en la confusión, se informan a través de las radios y canales internacionales a falta de informaciones en los medios locales.
Varias horas después de lo sucedido las autoridades no han hecho ninguna declaración oficial ni los amotinados han hecho públicas sus demandas.
Los confusos incidentes de hoy se producen al día siguiente de que Touré reconociera que el país está atravesando un "momento difícil" debido a la rebelión independentista tuareg que ha causado 195.000 desplazados, que han huido a zonas del interior del país y más allá de las fronteras a Mauritania, Argelia, Níger y Burkina Faso.
Touré pronunció estas palabras durante la inauguración de la reunión ministerial del Consejo de Paz y de Seguridad de la Unión Africana, celebrada ayer en Bamako, muchos de cuyos participantes se han quedado bloqueados en sus hoteles.
"Mi país atraviesa hoy un momento difícil marcado por la degradación de la situación de seguridad en la parte septentrional", dijo ayer el presidente.
Además del estallido hoy de esta insurrección armada, de la inseguridad creada por el grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico y de la rebelión tuareg, Mali se enfrenta a la sequía y a la amenaza del hambre que afecta ya a tres millones de malienses, según la ONU.
En el marco de esta grave situación, Malí celebrará elecciones presidenciales el próximo 29 de abril, en las que Touré no concurrirá debido a que ha agotado los dos mandatos que, como máximo, establece la ley.
Idrissa Diakité
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