Este artículo se publicó hace 15 años.
Las milicias ruandesas reanudan sus ataques en el nordeste congolés
Las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) han atacado nuevamente posiciones gubernamentales en el nordeste de la República Democrática del Congo (RDC) forzando la huida de unas 300 familias que se refugiaron en campamentos de la Misión de las Naciones Unidas en el país (MONUC).
Según el portavoz militar del contingente de la ONU, teniente coronel Jean Paul Dietrich, los ataques se produjeron en la localidad de Pinga, en el territorio de Walikale, a 115 kilómetros al norte de Goma, capital de la provincia de Kivu Norte.
"Unas 300 familias han tenido que huir de la región tras los renovados ataques de los rebeldes hutus ruandeses contra las posiciones de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC)", dijo Dietrich en conversación telefónica con Efe.
El pasado 25 de febrero, tropas del ejército ruandés que habían sido invitadas en enero por el gobierno de la RDC a participar en una operación conjunta para desarmar a los guerrilleros de las FDLR, retornaron a Ruanda, tras, según afirmaron entonces las autoridades congoleñas, haber "neutralizado" a los guerrilleros ruandeses.
Dietrich dijo que los "cascos azules" siguen participando en patrullas conjuntas con los efectivos de las FARDC y de la policía nacional congoleña, como así también en las operaciones de desmovilización de los rebeldes.
Sobre el particular, puntualizó que los milicianos de las FDLR continúan rindiéndose a las FARDC y la MONUC.
"El pasado día 7, tres milicianos ruandeses, acompañados por sus respectivas familias, se rindieron y entregaron sus armas a una patrulla conjunta (MONUC-FARDC) en la localidad de Bushaho, a 15 kilómetros al oeste de Kashebere en el norte de Kivu", indicó Dietrich, quien subrayó que el organismo de la ONU asistirá a los rebeldes y sus familiares en la repatriación a Ruanda.
Las FDLR, cuyo número inicial se calculaba en 6.500 combatientes, están compuestas por efectivos del antiguo ejército ruandés y miembros de la milicia hutu ruandesa "Interahamwe", responsables del genocidio de 1994 en Ruanda -en el que murieron cerca de un millón de tutsis y elementos moderados de su misma etnia- y que huyeron luego al este del, por entonces, Zaire.
Las autoridades de Kinshasa acusaban a los milicianos ruandeses de saquear los recursos del nordeste de la RDC y de masacrar a las poblaciones civiles del área.
El gobierno de Kigali les acusa a su vez de cruzar la frontera y fomentar actos de desestabilización en territorio ruandés.
Entretanto, India ha anulado el envío de tropas a la MONUC a causa de una supuesta implicación de sus efectivos en casos de violaciones de mujeres y niñas en la RDC.
Detrich dijo al respecto que la Misión de la ONU "no ha sido informada oficialmente (por India) sobre este asunto".
"Espero que el contingente indio en la RDC siga colaborando en la misión de mantenimiento de la paz", señaló el portavoz de la MONUC.
Varios países han ofrecido enviar tropas a la RDC y entre ellos destaca Egipto, que está dispuesto a desplegar un total de 1.300 soldados.
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