Mucho se ha hablado sobre el advenimiento del apocalipsis con palabras como guerra, lucha o terrorismo. A esta esfera solemne de la política, hay que añadir un estrato más privado, que arranca en el mismo ordenador de casa y que proporciona informaciones más o menos vagas de los medios para la guerra: las armas. Precisamente es esta vertiente la que pone de manifiesto el artista Miguel Ángel Rebollo (Madrid, 1970) en el foro de debate Madrid Procesos. Su proyecto Cool guns, modelo para armar es un archivo de imágenes y vídeos de Internet que retrata 'la poética de las armas' y la atracción que tienen en la sociedad mediática.

La conversación de Rebollo aglutina nombres propios de la sociología y la seguridad, como Ulrich Beck y Bruce Schneider, para denunciar la atmósfera de pánico en la que se inscriben las declaraciones de algunos líderes internacionales y su reflejo en el imaginario colectivo.

Su proyecto Cool guns es un archivo de imágenes y vídeos sobre las armas

La violencia acecha y llega triturada ante nosotros en forma de libros, cine y, ¿por qué no?, telediarios. 'La seguridad es clave para la estabilidad emocional del individuo', indica el artista, que admite que es un tema de moda 'por la manipulación que hacemos de él'. ¿Quién? En parte, los medios de comunicación. 'Parece que una noticia se vende mejor desde una mirada hollywoodiense o desde un extremo sensacionalista o melodramático', apunta.

La cuestión del orden tiene sus propias contradicciones. Así, la ecuación a más armas más seguridad se ha revelado incorrecta, a juzgar por las matanzas escolares en países como Finlandia o EEUU. 'No es un problema exclusivo de los gobiernos; debajo hay una carencia de educación. A diario consumimos imágenes pero no sabemos interpretar la mayoría de mensajes que hay detrás', increpa. Esta incapacidad se ve potenciada por una estética a la que contribuyen con poses respetables del cine como Quentin Tarantino o Benicio del Toro.

Estética amateur

Rebollo cree que no sabemos interpretar el aluvión de imágenes que consumimos

En un estrato más abajo se encuentran los fabricantes amateurs, que se instruyen en la producción de armas caseras visitando webs afines. 'Me interesa el contexto de la contracultura en el que surgen esas imágenes domésticas, que son colgadas por los internautas como tutoriales o divertimento pero que funcionan como información de gran repercusión'.

Hablando de armas, a Rebollo no se le escapa que su propio trabajo puede funcionar como un gatillo que sacude conciencias: 'Aunque no sea explícitamente social, ayuda a ser críticos y a través de él se pueden aportar herramientas de análisis de la realidad'.

Esto es lo que pretende con Cool guns, modelo para armar, cuestionar las imágenes que produce la cultura del miedo. 'Me interesa la percepción de riesgo continuo que vivimos y cómo las imágenes que producimos contribuyen a crearlo', añade en tono crítico.

«La seguridad es clave para la estabilidad emocional del individuo», recuerda