Micheletti hace una propuesta para salvar su régimen
El ex presidente de Honduras e instigador del golpe, Carlos Flores, acepta el retorno de Zelaya
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El segundo intento de diálogo entre los equipos de negociación de Roberto Micheletti, presidente del Gobierno de facto de Honduras, y Manuel Zelaya, el dirigente depuesto ha fracasado después de los representantes de Micheletti rechazaran la propuesta de Óscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador, para restituir a Zelaya como presidente hasta el mes de enero y adelantar las elecciones a octubre.
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Asimismo, el mandatario costarricense, que también fuera Premio Nobel de Paz en 1987, ha pedido 72 horas para seguir trabajando y encontrar una nueva solución El actual canciller de Honduras, Carlos López, declaró a la prensa tras finalizar la reunión en la residencia privada de Arias, que se disculpaba con el mediador, pero que su propuesta era "inaceptable, especialmente en su punto número uno" (el referido al regreso de Zelaya al poder).
Arias lamentó que la discusión no llegara a buen puerto en el día de hoy y recordó que la delegación que representa al depuesto presidente, Manuel Zelaya "aceptó íntegramente" su propuesta, pero no así la de Micheletti.
El mediador afirmó que en los próximos tres días, desde Costa Rica, tratará de convencer a Micheletti para que acepte su propuesta de siete puntos y se logre una solución pacífica al conflicto desatado el pasado 28 de junio. Arias manifestó su temor a que si no se alcanza una salida en la mesa del diálogo se desate una guerra civil y "un derramamiento de sangre que no merece el pueblo hondureño".
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Por otro lado, el Gobierno golpista lanzó una desesperada contraoferta de siete puntos para esquivar la asfixia total del régimen. Su propuesta acepta el retorno de Zelaya bajo unas condiciones leoninas. El presidente derrocado volvería a su puesto, pero sin poderes ni para mandar a la Policía.
Además, exige un adelanto electoral controlado y supervisado por el Ejército. También propone la creación de una "comisión de la verdad" con el fin de mostrar ante la comunidad internacional los hechos de corrupción en los que supuestamente se involucra a Zelaya. "No vamos a firmar ningún acuerdo sin respeto a nuestras instituciones y sin respeto a la Constitución de la República", afirmó Vilma Morales, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) e integrante de la comisión de Micheletti en el diálogo que se celebra en Costa Rica. Fuentes de la delegación del mandatario derrocado aseguraron el domingo que sería rechazada, como así se ha producido finalmente.
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Esta respuesta llega después de conocerse que el ex presidente de Honduras entre 1998 y 2002, Carlos Flores, considerado como el instigador de la asonada militar, envió ayer una notificación a los representantes de Micheletti en Costa Rica y al propio mediador, Óscar Arias, sugiriendo que acepten la propuesta de Arias.
"Flores acepta el retorno de Zelaya al poder en Honduras", indicaron ayer a Público fuentes de la delegación constitucional. Arias presentó el viernes a las dos comisiones negociadoras una propuesta de siete puntos cuyo primer punto innegociable es "la legítima restitución de Manuel Zelaya" al poder antes del 24 de julio.
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Una vez aceptada la reintegración de Zelaya, el diálogo giraría sobre la conformación de una gobierno de reconciliación, la amnistía general para delitos políticos, la renuncia a la pretensión de realizar consultas populares, el adelanto de las elecciones del 29 de noviembre al último domingo de octubre y el traslado del comando de las Fuerzas Armadas del Poder Ejecutivo al Tribunal Supremo Electoral antes de los comicios.
Pese a tener en la mesa esta propuesta, las comisiones consumieron el tiempo sin acordar las condiciones en las que debe acometerse el regreso de Zelaya, una idea inaceptable e inconcebible para el Gobierno de facto. La delegación de Micheletti comenzó el domingo la segunda ronda de negociaciones aún más confundida y dividida que el sábado.
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La notificación enviada por Carlos Flores desde Tegucigalpa a los delegados de Micheletti Arturo Corrales, Carlos López, Mauricio Villeda y Vilma Cecilia Morales cayó en el grupo como un jarro de agua fría.
"Bajo estas solemnes condiciones, ambas partes se comprometen a la restauración de forma pacífica del presidente Manuel Zelaya por el período que resta de su cargo", indica Flores en una parte de la nota.
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Para el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, la carta enviada por Flores refleja un deterioro en las posiciones de los golpistas y un reforzamiento de la presión internacional ejercida desde el 28 de junio, cuando el Ejército secuestró y expulsó al mandatario.
"Es lo mejor que puede hacer el verdadero poder. Carlos Flores ya se dio cuenta que ellos no podrán gobernar. Hay demasiada inestabilidad y estamos al borde de una severa crisis social y económica", dijo a Público Erasto Reyes, dirigente del Frente.
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Durante las horas previa al inicio de la reunión del domingo, los golpistas mantuvieron intensas conversaciones telefónicas con Micheletti y los otros integrantes del Gobierno de facto para replantear la estrategia.
En tanto, los integrantes de la delegación constitucional el comisionado presidencial, Arístides Mejía; el gerente de la Empresa Nacional de energía Eléctrica, Rixi Moncada; el secretario privado de Zelaya, Enrique Flores; y el dirigente de la organización civil Vía Campesina Rafael Alegría elaboraron un comunicado ante el anuncio notificado por el presidente Carlos Flores que finalmente no fue difundido por la negativa de la delegación golpista a aceptarlo.
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La reunión concluyó como empezó: sin cambios ni fecha para la siguiente ronda para acercar posturas para normalizar un país en crisis. El portavoz del grupo de Zelaya, Arístides Mejía, reveló que su predisposición en la reunión de ayer fue la de negociar todos los puntos presentados por Arias si, previamente, los golpistas aceptaban a Zelaya.
Las declaraciones realizadas por el presidente derrocado de que mantenía en pie su promesa de hacer una consulta popular sobre la constitución de una Asamblea Constituyente fue el argumento esgrimido por los golpistas para bloquear el asunto del retorno de Zelaya a Honduras.
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El depuesto presidente de Honduras dio hoy como "agotado" el diálogo para resolver la crisis en su país, anunció el inicio de una "insurrección" y demandó a la comunidad internacional "endurecer las medidas" contra el Gobierno de Roberto Micheletti.
"Voy a estar en Honduras y voy a seguir haciendo todo lo que tenga que hacer (...) hasta que este grupo usurpador del poder tenga que someterse a las órdenes que ha dado la comunidad internacional que es vinculante a Honduras", enfatizó durante una rueda de prensa.
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Zelaya dio como "agotado" el diálogo ante lo que consideró la "soberbia" e "irrespeto" de la delegación de Micheletti, que no aceptó una propuesta hecha por el presidente costarricense, Óscar Arias, mediador del conflicto.
"Hoy se han burlado una vez más los golpistas de la comunidad internacional, de Óscar Arias y de la misma secretaria de Estados Unidos, Hillary Clinton, promotora y patrocinadora" del diálogo, puntualizó. "No vamos a permitir el primer golpe de Estado en el siglo XXI, hasta que derroquemos a los usurpadores", insistió.
Zelaya consideró que la comunidad internacional está a prueba, porque los golpistas "están retando al mundo entero". Demandó a la comunidad internacional a "endurecer las medidas" contra el Gobierno de Micheletti "con más fuerzas".
El depuesto mandatario reveló que a partir de hoy en la noche comenzará a preparar su regreso a Honduras "con todos los mecanismos que le dan las leyes y el pueblo hondureño", y que espera que en esta acción lo acompañe la prensa internacional.