Micheletti está dispuesto a cualquier cosa para que Zelaya no sea presidente
Ofrece a la OEA dejar su puesto a otro que organice las elecciones. Sin estas, el presidente depuesto no podrá volver a Honduras
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El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, sigue enrocado en su silla y tiró de nuevo por tierra todas las expectativas de la OEA para que admita la vuelta del depuesto Manuel Zelaya al país. Ante las amenazas de sanciones de algunos países, al golpista no le tembló la mano y llegó a decir a los comisarios de la OEA que estaría dispuesto a dejar su cargo a otro presidente mientras se preparan las elecciones. Pero que éstas son la única condición por la que permitiría la vuelta de Zelaya.
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La misión de la OEA, integrada por los jefes de la diplomacia de Argentina, Canadá, Costa Rica, Jamaica, México, Panamá y República Dominicana y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se reunió desde el lunes con integrantes del Gobierno de facto y partidarios de Zelaya, sin obtener el resultado esperado.
Micheletti, en una reunión con los ministros se declaró dispuesto a renunciar para permitir la asunción de manera interina de otro presidente que no fuera él ni Zelaya, pero dijo que no permitirá que se trate de imponer su retorno. Además, agregó que el Gobierno de facto organizará elecciones presidenciales en noviembre, como estaba previsto, a pesar de las advertencias de algunos países latinoamericanos de que no reconocerán al ganador como el sucesor de Zelaya.
"Va a haber elecciones, las reconozcan o no las reconozcan los países del mundo", dijo Micheletti. "No tenemos miedo al embargo de nadie. Ya analizamos con toda puntualidad, con toda firmeza, que este país puede salir adelante sin el apoyo de ustedes y de otros países", retó Micheletti en la casa presidencial.