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A Messi le molesta que digan que no siente la albiceleste

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Lionel Messi, autor del gol que dio al Barcelona el título mundial de clubes el pasado sábado en Abu Dabi, se queda con este gol y el que marcó en Roma (final de la Liga de Campeones), y asegura que le da "bronca" que digan que no siente "la albiceleste".

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Del espectacular año 2009, que rematará esta noche con el trofeo FIFA al Mejor Jugador del Año, Messi se queda con el Mundial de clubes, tras derrotar al Estudiantes argentino.

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"¿Ahora? Me quedo con la victoria en la final contra Estudiantes, sin duda. Es mucho mejor, porque es un premio colectivo, que hace feliz a mucha gente. Los individuales alegran a la gente que me quiere, compensan los sacrificios que ha hecho la familia... pero cuando ganas un título y ves cómo se pone la ciudad, la sensación es incomparable", declaró a El País.

Sobre el gol de la victoria azulgrana, explicó: "Traté de asegurar, vi al portero a contrapié y creí que bastaba con ponerla suave al lado de donde venía tapando. Afortunadamente, salió bien. Lo de la bota (en su remate de cabeza en la final de la Champions contra el Manchester) fue rarísimo. Rematé de cabeza y cuando me iba a levantar del suelo, vi la bota ahí tirada. Pensaron que estaba preparado. ¡Se ha de ser boludo!"

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Messi nunca imaginó que pudiera llegar tan alto. "Muchas veces me miro al espejo y pienso que lo que me está pasando no es verdad. No me lo puedo creer, nunca soñé con que las cosas salieran así de bien. Es increíble, ni en los mejores sueños pensé que saldría por ahí. No imaginé nunca, cuando llegue de Argentina, que hoy me vería en éstas".

Asegura que sus comienzos fueron duros en Barcelona, cuando llegó con 12 años, aunque nunca le vieron llorar. "Lloraba solo, para que no me viera ni mi papá. Lloraba solo en mi casa, me encerraba y trataba de que nadie se enterara. Lo pasamos mal, hubo etapas que estábamos mi padre y yo en Barcelona y el resto de la familia en Argentina. Sufríamos los dos. De lo básico no faltó nunca nada, pero en lo afectivo sí".

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Su estilo, sin embargo, permanece invariable desde su infancia. "A veces tengo la sensación de que mi manera de jugar no ha cambiado nada. En el Barcelona me enseñaron muchas cosas, pero nunca trataron de cambiarme el estilo... aunque no es del todo cierto. Cuando llegué pasaba poco la pelota, pero en muchos partidos sólo podíamos jugar a dos toques".

Recuerda que Pep Guardiola, su actual entrenador, le pidió que fuera feliz porque de esa forma todo iría bien. Me habló de cómo quería que jugáramos. Me dijo que cuando me veía con Rijkaard (técnico anterior), yo agarraba la pelota desde muy atrás y que así tenía que hacer mucho camino para llegar al área. Quería que estuviera más cerca del gol. Me gustó la idea".

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Tuvo palabras de elogio para Guardiola, de quien dice que ha hecho "mejores" a los jugadores. "Él nos ha hecho mejores. Nos ha cuidado mucho. Es muy humano y por eso es tan querido por los jugadores, porque siempre se preocupó de nosotros, de que estuviéramos bien, de cuidarnos".

"No seré yo quien le diga qué debe hacer (a Guardiola), pero si por mí fuera, no se iría nunca. Debería estar siempre en el Barcelona por lo que es, por lo que sabe, por lo que quiere al club, por cómo piensa... es el indicado".

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De sus compañeros de equipo destaca al brasileño Silvinho, que a su juicio fue muy especial. "Yo no soy de hablar mucho, pero sí de escuchar. A él le escuché mucho y siempre me dijo lo que pensaba que era bueno para mí, aunque no me gustara oirlo".

Su entendimiento con los compañeros en el campo es tan profundo que no necesita hablar mucho: "Con Xavi, Iniesta... nos basta una mirada. Nos conocemos bastante como para mirar y entendernos con una seña".

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Xavi e Iniesta tienen algo que les hace ser especiales: "No sé, la visión, la facilidad que tienen para jugar. Lo hacen todo muy fácil. Uno les ve y se pregunta cómo son capaces de hacer tan fáciles cosas tan difíciles. Es impresionante. ¿Y cuando te encara Andrés? A ver quién le quita la pelota".

Pese a los diez años que lleva en Barcelona, Messi no ha perdido nunca su acento argentino: "No sé, soy argentino, hablo así. Siempre hablé como argentino porque soy argentino".

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"Me da bronca que digan que no siento la albiceleste. Nada me da más joda que me digan que no soy argentino. ¡Qué sabrán de mis sentimientos! La vida me llevó a Barcelona. De chico sólo soñé con jugar en Primera en Argentina, en ponerme la albiceleste, nada me da más ilusión. Pienso como argentino y vivo en Cataluña, pero me siento muy argentino".

En el amistoso de mañana Cataluña-Argentina no tiene ninguna duda sobre con qué equipo irá: "¡Con Argentina! Luego, que Cataluña gane siempre".

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