Este artículo se publicó hace 13 años.
Merkel promete apoyo a los socios europeos en apuros a cambio de imponer disciplina
La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy ante su partido la necesidad de ayudar a los socios de la UE en apuros, "porque sus problemas son los nuestros", pero sin ceder ni en el no cerrado a los eurobonos ni en la apuesta por las sanciones automáticas a quienes no se ciñan a la disciplina.
"Las preocupaciones de los griegos lo son también de los holandeses, las preocupaciones españolas lo son también de los alemanes", dijo Merkel, ante el congreso federal de la Unión Cristianodemócrata (CDU), reunido en Leipzig, y orientado a defender la línea de su gobierno ante la crisis de la Eurozona.
La canciller garantizó ante sus bases la solidaridad alemana con sus socios europeos e insistió en lo que viene siendo su consigna: "si fracasa el euro, fracasa Europa", en dosis parecidas a su apuesta en contra de los eurobonos y a favor de las sanciones automáticas para los países que no cumplan las normas.
La Unión Europea está "probablemente en su hora más difícil desde la Segunda Guerra Mundial", dijo, y la respuesta ante esa situación debe ser mostrar "coraje para afrontar los cambios".
Tales cambios incluyen reforzar los mecanismos frente a los infractores de los criterios de estabilidad -que explicitó en el término de sanciones automáticas-, pero también disponibilidad a ceder soberanía y competencias en dirección a Europa.
"No necesitamos menos Europa, sino más Europa", enfatizó la canciller, quien insistió en la posición de su gobierno a favor tanto de la articulación de sanciones a quien se salte las reglas de la estabilidad como de la implantación de un impuesto a las transacciones financieras "por lo menos a escala de la eurozona".
Merkel se mantuvo inamovible en lo que concierne a los eurobonos: "no nos conducirán a un futuro sensato para Europa", pero pide "coraje" para asumir cambios en los aspectos que considera necesarios para imponer disciplina.
"Europa puede y debe salir reforzada de la situación actual", afirmó, si se sabe "dar la respuesta adecuada a esta situación", lo que calificó de "gran desafío" de la generación actual de políticos.
Merkel recordó, en un encendido discurso ante el millar de delegados, que en el pasado Alemania estuvo también entre los "infractores" de los límites al déficit establecidos en el Tratado de Maastricht, pero supo enmendar esa situación.
"La UE debe reformarse", insistió, sin olvidarse de dar alguna pincelada social a su discurso. La "economía debe estar al servicio del ciudadano", y no a la inversa, y esa debe ser la respuesta ante las turbulencias de una crisis que, recordó, afecta a "todas las partes del mundo", pero especialmente a Europa.
Merkel buscó el equilibrio entre el discurso solidario y europeísta, por un lado, y la respuesta al temor en las bases de su partido a la carga que comportará esas ayudas y rescates en la economía alemana o la eventual degradación de la solvencia de la deuda alemana, en caso de emitirse eurobonos.
La canciller evocó el anterior congreso del partido en esa misma ciudad, en 2003 y siendo entonces líder en la oposición, y dijo que ya ahí se comprometió a devolver a la posición de liderazgo a Alemania, por entonces atenazada por los altos niveles de desempleo.
"Entonces, con (el canciller Gerhard) Schröder estábamos en una cifra récord de desempleados. Ahora estamos por debajo de los tres millones", dijo, para recordar en que bajo el gobierno roji-verde de su antecesor socialdemócrata se superó la marca de los cinco millones de personas sin empleo.
"Dijimos entonces que Alemania puede ir a más. Y lo hemos demostrado. Somos motor económico y factor de estabilidad en Europa", afirmó, entre los aplausos de los suyos, que saludaron el final de su discurso en pie y con una cerrada ovación.
Merkel se ganó sin dificultades a los suyos, en un congreso que se había abierto con un pre-acuerdo a favor de su propuesta de implantación de un salario mínimo.
La canciller defendía la introducción de una suerte de salario mínimo -hasta ahora inexistente en Alemania, con únicamente algunas excepciones en sectores determinados- de carácter orientativo y contemplando las especificidades regionales y sectoriales.
Esta propuesta -que rechaza su socio de gobierno, el Partido Liberal (FDP), contrario a todo amago de salario mínimo- dividía asimismo a las bases de la CDU.
Ya el domingo se perfiló un acuerdo a favor de la línea de Merkel, que abrió así el congreso muy en su salsa, tomando las riendas desde el saludo inicial y decidida a evidenciar que, frente a la ronda de relevos de sus socios en apuros, ella es la líder incombustible, a escala doméstica y europea.
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