Una se lanza a la copla customizada con eclécticas peinetas y gafas de sol. La otra a las rancheras rapeadas reinventando a Frida en lo estético. Martirio y Lila Down, "reflejos de un mismo espejo musical", trasladan ahora todo su folclore posmoderno a un sólo escenario, dentro de los Veranos de la Villa.

Será el próximo 23 de julio en el patio del Conde Duque, con un concierto de fusión interoceánica en el que habrá varios temas a dos micros, luego cantará la onubense con la banda "Son de la frontera", en la que toca su hijo Raúl, y también habrá tiempo para la mexicana y su equipo, entre los que se incluye el clavista Celso.

"En el espíritu somos muy parecidas", asegura a EFE una Martirio vestida con toquilla fucsia y camisa verde fluorescente, mientras se quita las gafas para la entrevista y advierte de que en escena sólo prescinde de ellas para cantar "Ojos verdes".

Lila, con su larga melena negra y un corpiño floreado que parece sacado de un cuadro de Kahlo, asiente y añade: "En el espíritu y en lo musical, ambas hemos empezado a fusionar nuestras raíces con otros géneros cuando eso no estaba bien visto y por ello hemos sido muy criticadas".

Hija de un estadounidense y una indígena mexicana, missis Downs vivió primero en Sierra Madre y luego en Nueva York y de ambos lugares bebió musicalmente para, "de forma natural" fusionar rancheras con jazz o hip-hop a lo largo de los cinco trabajos de su trayectoria, en la que ya ha conseguido un Grammy.

El salto internacional, gracias al que la conoció Martirio, fue su colaboración en el filme que protagonizó Salma Hayek, "Frida", y que la llevó a actuar en la gala de entrega de los Premios Goya, si bien luego repitió en la banda sonora de "Los tres entierros de Melquiades Estrada", de Tommy Lee Jones.

"Nuestra unión viene de la admiración, escuché mucho de Lila hace 4 ó 5 años, la vine a ver a Madrid, donde me dedicó un tema que me encanta, "Un poco más que a mí", y luego me invitó a cantar con ella antes de enfrascarnos en esta aventura común", explica Martirio, que firma 11 trabajos a lo largo de 25 años.

Lila responde al envite con anécdotas repletas de halagos. "A mí me cautivó enseguida su personalidad, su poesía y su metáfora como artista. La primera vez que vine a España nos invitó a cenar a la banda y me ganó con un abanico de seda muy moderno y pintado a mano".

En cuanto a la escenografía del concierto, a pesar de que ellas "ya la llevan puesta", según incide Martirio, tendrá además algunas sorpresas, como una iluminación especial y la proyección de un vídeo en los temas más narrativos.

"Complementará una canción que explica el encuentro entre la nativa América y los europeos y también varias que tratan sobre la inmigración, un asunto que a mí me toca de cerca", explica Lila.

Con todo, ambas prefieren no desvelar mucho sobre el repertorio para conservar "esa magia de la música en vivo", aunque sí admiten que cantarán seguro el tema "La Martinica", una ranchera con ritmo de vals que transformarán a dúo.