Este artículo se publicó hace 14 años.
Marsans negociará un ERE para despedir a entre 600 y 900 empleados
La nueva dirección de Marsans empezará este martes próximo, día 22, a negociar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para adelgazar la plantilla del grupo con el despido de entre 600 y 900 trabajadores, es decir entre el 28,9% y el 43,3%, de los actuales 2.079 empleados, informó hoy la compañía.
Estos recortes forman parte del plan estratégico de negocio que "garantice la viabilidad y la supervivencia" de la compañía y que ha sido hoy presentado al comité intercentros por los nuevos propietarios de Marsans, que se hicieron con su control hace diez días por 600 millones de euros.
El plan estratégico se sustenta en tres pilares: activar las ventas y recuperar la actividad comercial, la reducción de costes y la reestructuración de la compañía, así como en la venta de activos no estratégicos.
El recorte de plantilla de hasta 900 trabajadores previsto es considerado por el grupo imprescindible, ya que "por encima de esos parámetros", tal y como está configurada la compañía, Marsans "no sería viable".
Este estricto programa de ajuste de costes y reestructuración de la plantilla es necesario para que Viajes Marsans recupere la actividad comercial y active las ventas, paradas desde el pasado 20 de abril, cuando la IATA retiró al grupo la licencia de venta de billetes aéreos.
En este sentido, la dirección aseguró que durante la presente semana "se han mantenido numerosas reuniones y contactos para restablecer la relación con la IATA y lograr que Marsans pueda volver a emitir billetes de avión".
Según la empresa, la sensación, tras los primeros contactos con este organismo internacional, es "buena" y la compañía no descarta alcanzar un acuerdo en fechas próximas.
Igualmente, se han mantenido reuniones con tour operadores dispuestos a trabajar con Marsans -con las convenientes garantías-, y que permitiría que la empresa pudiera vender paquetes vacacionales y hoteles.
La reestructuración de la compañía pasa también por el cese de actividad de los puntos de venta considerados no estratégicos en el plan de viabilidad, y que fuentes sindicales, cifran en 250 oficinas, es decir, la mitad de las 500 actuales.
Además, se ajustaría la dimensión y estructura del departamento de Empresas, cuya actividad es casi nula a día de hoy, debido a la migración de clientes a otras agencias de viajes desde finales de abril, pero que cuenta con cerca de 400 personas.
Además de la necesidad de adecuar la capacidad productiva a las condiciones de mercado y el nivel de ingresos, también se procederá a la venta de activos no estratégicos sobre los que Marsans afirma haber recibido numerosas llamadas de empresas interesadas.
El programa de desinversiones se va a desarrollar de acuerdo con las entidades financieras y de forma ordenada, tratando de maximizar el valor de los activos que se vendan, evitando operaciones "a cualquier precio", matizó la empresa.
La liquidez que se vaya generando servirá para ir reflotando el negocio y para que la empresa continúe sus operaciones.
Según indicaron a EFE fuentes sindicales, la dirección tiene "prácticamente cerrada" la venta de Viajes Crisol, a cambio de la deuda que soporta esta división, por lo que la aportación a la tesorería de Marsans por esta operación sería "pequeña".
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