Este artículo se publicó hace 15 años.
Marruecos tiende la mano a Argelia para "abrir una nueva página" en su relación
El ministro marroquí de Comunicación y portavoz del Gobierno, Jaled Naciri, declaró hoy que su país tiende la mano a Argelia "para abrir una nueva página" en las relaciones bilaterales entre ambos países, marcadas por el desencuentro desde hace décadas.
En una entrevista con el diario argelino en árabe El Khabar, Naciri reconoció que la cuestión del Sahara Occidental es uno de los factores que envenenan las relaciones entre ambos vecinos magrebíes y pidió a las autoridades argelinas que tengan en consideración "la evolución de la posición" de Rabat en este asunto.
"Marruecos ha realizado grandes esfuerzos respecto al tema del Sahara, nuestra posición ha evolucionado y ya no es la de 1975", aseguró y recalcó que los argelinos deben tener en cuenta ese cambio.
El ministro subrayó que Rabat desea que las dos partes "se esfuercen en poner fin a las diferencias" y en crear las condiciones para "el retorno de la fraternidad argelino-marroquí tal como era en el pasado"
Naciri invitó a Argelia a construir "una gran fuerza magrebí" y afirmó que en su país hay "una voluntad firme de acabar con todos los obstáculos que impiden la edificación de una relación sólida".
"Aquí están nuestras manos, se las tendemos a los argelinos para abrir una nueva página y pasar definitivamente la que ha perturbado nuestros lazos", insistió.
Asimismo, resaltó que no existen grandes contradicciones entre los dos países y que Argelia no podrá construir su fuerza económica y geopolítica en detrimento de Marruecos, e igualmente a la inversa.
Las relaciones entre Argel y Rabat no son buenas desde la ocupación marroquí del Sahara Occidental en 1975 y se deterioraron todavía más en 1994.
Ese año, el Gobierno argelino decidió cerrar las fronteras terrestres después de que Marruecos acusase al país vecino de estar implicado en el atentado terrorista de Marrakech, en el que murieron dos personas.
A esa acusación le siguió la exigencia por parte marroquí de visados a los argelinos para visitar el país, a lo que las autoridades argelinas respondieron con el cierre total de la frontera terrestre.
En julio de 2004 Rabat suprimió la obligación de visado para los nacionales argelinos y desde entonces no ha cesado de instar a su vecino para reabrir las fronteras.
Argel ha rechazado hasta el momento esa demanda y acusa a Marruecos de no asegurar debidamente el control de su lado fronterizo, permitiendo que prolifere el tráfico de drogas y de armas, del que se benefician los grupos terroristas, así como el contrabando de productos alimenticios.
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