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Marlaska envía a prisión a 11 presuntos miembros de SEGI

Mañana continuará los interrogatorios con los otros 21 jóvenes detenidos en la macrooperación contra la organización juvenil abertzale de ayer

AGENCIAS

Fernando Grande-Marlaska, juez de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, envió hoy a prisión a 11 jóvenes a los que acusa de pertenecer a SEGI.  Por otro lado dejó en libertad a otros dos, según fuentes jurídicas. Mañana continuará los interrogatorios con los otros 21 jóvenes que fueron detenidos en la madrugada del pasado martes en la macrooperación contra la organización juvenil abertzale, considerada la cantera de la banda terrorista ETA.

Los dos jóvenes a los que el magistrado ha dejado en libertad son Oihane Fernández Iturri y Raúl Iriarte Rodrigo, detenidos en Navarra y con 26 y 23 años, respectivamente, según indicaron las fuentes. A ambos el juez les atribuye el delito de colaboración terrorista y les impone comparecencias semanales, la prohibición de salir de España y que comuniquen su domicilio.

El fiscal Luis Barroso había solicitado prisión incondicional para los trece detenidos, a los que acusa de pertenencia o colaboración con la organización juvenil vinculada al entorno de ETA, declarada terrorista por el Tribunal Supremo al considrarla seguidora de las también ilegalizadas Haika y Jarrai .

Los interrogatorios comenzaron esta mañana y finalizaron pasadas las 20.30 horas. Está previsto que las declaraciones continúen mañana y que finalicen el sábado. Según indicaron fuentes jurídicas, los 13 arrestados que ya han pasado por el despacho del magistrado aceptaron declarar, aunque negaron su pertenencia a SEGI.

Con esta operación, que llevaba varios meses preparándose, el Ministerio del Interior considera que se puede dar por concluida 'la casi total desarticulación de las estructuras clandestinas de SEGI en España'. Además de constituir actualmente la cantera de la banda terrorista, para el Gobierno SEGI es la encargada por ETA de llevar a cabo acciones de desestabilización mediante la denominada 'violencia callejera', siendo la organización de la izquierda abertzale 'más ortodoxa y de mayor fidelidad' a la banda terrorista.

La operación comenzó a gestarse en el mes de mayo a partir de la documentación incautada a Ekaitz Sirvent, quien diseñó una estrategia para reforzar la militancia de base de la banda. El último ideólogo de ETA, detenido en abril en Paris (Francia), ordenó reforzar la presencia de sus bases en plataformas y organizaiones legales lejos de la 'kale borroka' para evitar detenciones.

Esta preocupación de Sirvent, arrestado el 10 de abril en una estación de tren de la capital francesa, parte del elevado número de detenciones de miembros de la 'kale borroka' que se produjeron tras la ruptura del último alto el fuego y que, a su juicio, estaba mermando el frente juvenil de la banda. Su deseo era mantener activo un frente llamado a nutrir las filas de la banda terrorista en el futuro.

Por ello, Sirvent apostó por reducir los actos de violencia callejera tan sólo a ocasiones excepcionales como la celebración de fiestas patronales, según estas fuentes. Sin embargo, la intención de este terrorista, cercano al ex jefe del 'aparato militar' de la banda, Garikoitz Azpiazu Rubina, alias 'Txeroki', era la de infiltrar a sus jóvenes en organizaciones, instituciones o plataformas legales de la órbita de la izquierda 'abertzale'.

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