Este artículo se publicó hace 15 años.
Marisa Paredes penetra en la profundidad del alma humana en una obra de Bergman
Marisa Paredes vuelve a los escenarios teatrales catalanes a partir del 14 de enero con "Sonata de Otoño", una historia del cineasta sueco Ingmar Bergman que penetra en la profundidad del alma humana a través de la historia de una pianista de éxito que antepone su carrera a la familia.
De la mano de José Carlos Plaza, la actriz dará vida en el teatro Romea de Barcelona, hasta el 8 de febrero, a una madre que reencuentra a sus hijas 7 años después de haberlas dejado en una especie de duelo dialéctico y de reproches con la mayor de ellas.
Paredes vuelve a las tablas barcelonesas tras unos años de ausencia y de haber interpretado "Hamlet" y "La Tempestad" en el Teatro Lliure, dirigida por Lluís Pasqual y junto a Eduard Fernández.
"Sonata de Otoño" cierra gira en el Romea tras haber recorrido la geografía española con una Paredes que ha recalcado hoy en rueda de prensa "la dificultad de la obra" dificultad que le estimuló.
Para Paredes, las representaciones de la obra "han sido una experiencia extraordinaria y en todo ese tiempo hemos vivido para encontrar el alma de los personajes".
En "Sonata de Otoño", Paredes recrea a Charlotte, el personaje que interpretó en el cine Ingrid Bergman.
Junto a la emblemática actriz figuran en el reparto Nuria Gallardo, en el papel de Eva, la hija mayor de Charlotte; Chema Muñoz, en el de Viktor, el marido de ésta y pastor protestante, y Pilar Gil recreando a Helena, la hija pequeña, aquejada de una enfermedad degenerativa y con grandes dificultades para hablar.
Por la interpretación de esta obra Nuria Gallardo y Pilar Gil están nominadas a los premios de la Unión de Actores en las categorías de mejor actriz protagonista y mejor actriz de reparto, respectivamente.
El personaje de Charlotte se enfrenta en el escenario a los reproches de su hija Eva, en el cine interpretada por Liv Ulman, que junto a su marido se ha hecho cargo del cuidado de Helena, quien no guarda rencor a su madre.
El espectáculo teatral hace una "biopsia de las almas". Con él tienes que penetrar en lo más profundo del alma humana, ver lo negro, lo gris, lo rojo, para sacarlo hacia fuera, así es el oficio del actor, pero este texto es difícil, porque no hay un mutis ni donde escapar, todo lo que sucede implica desnudarse internamente", ha señalado Paredes.
Los personajes que plantea Bergman, más conocido por su trabajo en el cine que en el teatro, "están al límite todo el tiempo y eso es agotador", ha añadido la actriz, que entre 2000 y 2003 ocupó la presidencia de la Academia del Cine Español.
Paredes ha trabajado más recientemente en Barcelona en un telefilme de Agustí Villaronga y se prodiga poco en Cataluña porque es actriz en lengua castellana y "aquí hay otra vida cultural" y las "posibilidades de trabajar son más difíciles o más esparcidas".
La actriz ha considerado que el teatro ha crecido más en Barcelona que en otros lugares porque la capital catalana "alimenta el teatro desde la escuela y los barrios, en un buen caldo de cultivo".
Por su parte, Nuria Gallardo vuelve al escenario del Romea, en el que interpretó hace una decena de años "La vida es sueño", de Calderón de la Barca, dirigida por Calixto Bieito, con una pieza salida de la pluma Bergman, "un genio", que ya ha representado en un centenar de funciones por toda España.
Chema Muñoz ha recalcado "la dureza de la función y del enfrentamiento entre madre e hija, que se puede trasladar a la disputa entre hermanos, padres e hijos, o al choque entre dos seres condenados a entenderse o a desentenderse como el Gobierno israelí".
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