Este artículo se publicó hace 16 años.
Maradona, en plena forma, celebra la película de su amigo Kusturica
Diego Armando Maradona se mostró en Cannes satisfecho con "Maradona by Kusturica", la película que ha hecho sobre él su nuevo amigo el cineasta serbio Emir Kusturica, y que hoy presentó en el festival el "Pibe de Oro", que demostró su tirón popular y su buena forma.
Su modélico bienestar actual, su salud, el milagro de que haya dejado de ser "su peor enemigo", y con él las drogas, el alcohol y sus viejas "malas costumbres" son uno de los temas centrales de la cinta.
También lo es, por supuesto, la trayectoria personal del "Pelusa", de Buenos Aires a Nápoles, Cuba y los Balcanes, de ese increíble deportista que de niño era ya "un marciano" del balón, como muestra el filme, y también de "su vida", según dijo Maradona, que confesó a la prensa que ya se considera un actor.
Además de cantar muy bien, con una bella voz y un excelente oído -otra de las revelaciones de la cinta-, Diego aparece en "Maradona by Kusturica" como un ser entrañable.
Las ideas políticas de sus protagonistas, rotundos críticos contra el "asesino" George Bush, ocupan también un lugar principal, al igual que los 35 goles marcados por Maradona para la selección argentina.
En particular, el gol "de la mano de Dios" y "el gol del siglo", que dieron a su equipo la victoria 2-1 contra Inglaterra, en 1986, en los cuartos de final de México ante más de 100.000 aficionados.
Que a Maradona se le quiere, que es un verdadero fenómeno todavía y que mantiene un atractivo muy especial resulta evidente en el filme que le dedicó Kusturica.
Pudo también comprobarse en la rueda de prensa que siguió a la primera proyección, ya que su presentador hizo notar el inusitado número de mujeres que querían el micrófono para hacer preguntas, una gran mayoría para el futbolista, quien confesó que se cortaría una mano por estar cerca de la actriz Julia Roberts.
La sala no rebosaba de gentío como en las más grandes ocasiones, ni la prensa, que a las puertas de la reducida sala Bazin había llegado casi a las manos para poder entrar, aplaudió la primera proyección.
El resultado final se verá esta noche, en el estreno oficial de la película, fuera de competición.
Kusturica conoce muy bien este festival, donde fue jurado de la Palma de Oro y es uno de los pocos directores que la ha ganado en dos ocasiones, por "Papá está en viaje de negocios" (1985) y por "Underground" (1995).
Pero en Cannes no perdonan y no hubo aplausos para su película, pese a ser Kusturica y pese a ser Maradona quien es.
Faltaba quizá, ante todo, Maradona, pues el lugar protagonista lo ocupaba a menudo el realizador, algunas veces con fragmentos de sus propios filmes, en consonancia con la historia.
Otras veces los protagonistas eran la política, la situación latinoamericana y el gentío, la multitud de los partidos de fútbol, el frenesí que la presencia de este artista del balón puede ocasionar en las calles argentinas y en eventos multitudinarios, pasados o presentes.
Kusturica tenía para ello un argumento blindado que explicó cuando un periodista español le preguntó si no creía que su egocentrismo le había llevado a mostrarse él mismo en exceso al contar la vida del que dice ser su gran ídolo, al que conoció en 2005.
"Íbamos a Buenos Aires a buscar a Maradona para rodar y no lo encontrábamos, y si no hubiese ocupado yo su lugar nunca habríamos terminado la película", sentenció.
El hueco dejado por el imprevisible Maradona, que en principio iba a reunirse hoy con la prensa española en Cannes pero al final no lo hizo, se rellena también en el filme con la Corona de Inglaterra.
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