Este artículo se publicó hace 14 años.
Madrid recupera el "¡No pasarán!"
La ciudad reclama dignidad para las víctimas
La puerta del Sol de Madrid, donde la Dirección General de Seguridad franquista torturó impunemente a los defensores de la legalidad republicana en la dictadura, fue ayer reconquistada por la democracia (ver fotogalería). Miles de familiares de víctimas de la represión y de simples ciudadanos comprometidos con los derechos humanos rellenaron la plaza llegados desde la plaza de Cibeles al grito de "¡No pasarán!".
La indignación por el proceso abierto por el Supremo a Garzón por investigar el franquismo convocó a los manifestantes pero no evitó que dedicaran más energía a gritar contra Franco y sus crímenes que a defender al juez: "Es que no se trata de Garzón, sino de la dictadura. Esta causa no interesa al Estado y acabará archivada, pero la lucha contra la impunidad seguirá y volveremos a la calle", expresó el presidente de los Foros por la Memoria, José María Pedreño.
"Mi abuelo está desaparecido, por eso vengo", señaló Fernando Castillo, de 40 años
"¡España, mañana, será republicana!" La clásica rima fue la más repetida en la marcha que contó con gente de varias generaciones y de varias tendencias políticas aunque partiendo, eso sí, de una posición común en favor de la defensa de la dignidad de las víctimas de la represión política. La afluencia fue masiva gracias a la participación de miles de ciudadanos ajenos a las asociaciones relacionadas con la memoria histórica que acudieron a la llamada estos colectivos a título individual.
Es el caso de Fernando Castillo, de 40 años, nieto de un camillero fusilado en el frente de la Guerra Civil que acudió emocionado a la marcha con la foto de su abuelo Rodrigo. "No pertenezco a ninguna asociación pero básicamente vengo a protestar porque no sé donde está enterrado mi abuelo. Es un desaparecido y no me parece correcto que lo siga siendo", reflexionó.
En mitad del recorrido, un padre trató de explicar a su hijo de diez años que Franco era "un señor muy malo que mandó y mató a mucha gente que no pensaba como él". Más difícil le resultó a este padre explicar a su hijo por qué numerosos carteles denunciaban que "España está al revés", una muestra de la indignación que ha provocado la presencia de Falange Española en un proceso contra Garzón en el Supremo. "¡Abajo el fascismo!", se escuchó en la protesta.
"España, mañana, será republicana", se volvió a gritar en la ciudad
La explicación paternal tuvo que parar ante el aplauso que centenares de personas dedicaron a Jaume d'Urgell, el ciudadano condenado con pena de cárcel por sustituir una bandera española de un edificio oficial por una tricolor, cuando se subió a un quiosco frente al Ministerio de Educación para agitar una enseña republicana de dimensiones gigantes. "Si quieren que vaya a la cárcel tendrán que venir a detenerme a mi casa porque no pienso aceptar la condena", explicó.
Todos los ciudadanos vinculados a asociaciones o a proyectos relacionados con la memoria histórica entendieron que ayer era su cita. Entre ellos, el profesor de Historia del Instituto Clara Campoamor de Getafe, José Luis Sánchez del Pozo, que protagoniza una de las escenas del documental de José Luis Peñafuerte Los Caminos de la Memoria. En la película, Sánchez del Pozo lleva a una clase de adolescentes al poeta comunista Marcos Ana. "Los chavales alucinan con los valores de este hombre que les habla de la solidaridad durante 23 años de condena. Los valores de esa generación se han perdido y son también los que se recuperan con actos como los de hoy", razonó.
Reacción de culpablesSánchez el Pozo, ataviado con una camiseta de las brigadas internacionales, señaló que, en su opinión, es "inexplicable que todavía haya gente que reaccione de manera adversa ante la reclamación de las víctimas. En el fondo se siente culpables 70 años después".
Pese a que hubo una amplia afluencia de jóvenes, la gran mayoría de los manifestantes experimentó las mismas sensaciones que ya habían vivido a la muerte de Franco cuando la ciudadanía tomaba las calles para pedir "libertad, amnistía y Estatuto de autonomía" en la transición democrática. "Esperanza, dimisión", trató de animar un veterano manifestante antes de añadir, resignado: "Que estemos en estas a estas alturas, hay que joderse..."
"Han cometido un grave error y han pinchado en hueso al tocar una causa como la de Garzón, porque es una tipo muy popular y ha generado una reacción muy fuerte", explicó a duras penas el humorista italiano Leo Bassi con el himno de Riego en armónica de fondo .
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