Luiz Inácio Lula da Silva inició ayer en El Salvador tres días de actividad frenética donde también visitará Guatemala y Costa Rica. Lula trata de apuntalar su liderazgo en Latinoamérica y reforzar sus lazos bilaterales con los tres países, a los que propondrá el inicio de un diálogo comercial más intenso entre Centroamérica y el Mercosur. Con ello pretende consolidar su liderazgo continental y convertirse en el adalid indiscutible de la integración regional.

La gira de Lula comenzó ayer en San Salvador, donde el presidente brasileño asistió a la toma de posesión de Mauricio Funes, dirigente del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Con el nuevo presidente salvadoreño, Lula discutió la manera de incrementar la cooperación en la seguridad alimentaria, ayudar en la lucha contra el sida y, sobre todo, aumentar el suministro de recursos energéticos. La vulnerabilidad de El Salvador en este sector le convierte en un óptimo aliado económico.

Funes también ve en Lula un interlocutor propicio. El nuevo presidente salvadoreño ha manifestado reiteradamente que el brasileño es 'un referente', especialmente porque consiguió 'desmontar los temores de parte de los empresarios hacia un Gobierno de izquierdas'. Funes quiere seguir sus pasos, tanto por la capacidad mostrada por el brasileño para captar capital extranjero como por su habilidad para implementar políticas sociales.

Lula llega hoy a una convulsa Guatemala, donde se entrevistará con el presidente Álvaro Colom. Con el mandatario guatemalteco, que se proclama socialdemócrata y que ahora se encuentra atrapado en un escándalo de magnitudes imprevisibles por el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, Lula negociará la posibilidad de que la petrolera estatal brasileña, Petrobrás, inicie exploraciones en aguas guatemaltecas.

En el último día de su intensa gira centroamericana, el presidente brasileño recalará por primera vez en Costa Rica, donde se encontrará con su homólogo Óscar Arias. El objetivo es fomentar la cooperación en las áreas de energía, salud y correos, según manifestó el portavoz del Gobierno, Marcelo Baumbach.

Lula pretende influir para que empresas brasileñas participen activamente en obras de infraestructuras en el país, como la remodelación del aeropuerto de San José. Pero, sobre todo, el gran interés de Brasilia es exportar a Costa Rica su avanzada tecnología en producción de biocombustibles.

El socialdemócrata Arias que, como Lula, llega al final de su mandato con índices de popularidad superiores al 70%, destacó ayer 'la enorme importancia y liderazgo de Brasil en América Latina'.

Pero la visita de Lula a Costa Rica no es casual. San José asumirá en julio la presidencia rotativa del Sistema de Integración Centro-Americana (SICA). El mandatario brasileño pretende impulsar las negociaciones comerciales entre el Mercosur el más sólido proyecto de integración latinoamericano, compuesto por Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, con Venezuela en proceso de adhesión plena y este bloque.

Lula juega en este viaje una doble partida: de un lado, los intereses comerciales de su país. Del otro, su vocación de erguirse como líder regional incuestionable. Los tímidos pasos de América Latina hacia la integración regional dependen cada vez más de los éxitos diplomáticos de Lula.