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Lorenzo dice que "si tuviese que retirarse hoy, dormiría tranquilo"

EFE

En su lista de grandes metas, un objetivo gobierna por encima del resto; ser campeón del mundo de MotoGP. Jorge Lorenzo (Mallorca, 4-5-1987), piloto de Fiat-Yamaha, segundo en el Mundial, puede estar en condiciones de lograrlo esta temporada, pero su versión más prudente asegura que haber sido bicampeón de 250cc ya le sirve para dar su sueño por cumplido.

"Eso está ahí, y me llena de orgullo. Sé que MotoGP es más importante, y ojalá consiga ser campeón. Pero si tuviera que retirarme hoy, dormiría tranquilo", sostiene en un entrevista concedida a la Agencia EFE.

Su tranquilidad, que contrasta con la encendida pasión con la que pilotaba en el cuarto de litro, es compatible con su ánimo "en seguir progresando" y en mejorar a diario. "Si tienes interés en algo, evolucionas más rápidamente. Cuando pierdes las ganas, te estancas. Yo quiero seguir aprendiendo y sé que todavía no he llegado a mi techo. Aún puedo mejorar, ser más rápido y más inteligente, mejorar las salidas y el pilotaje en agua".

Después de un sorprendente debut en la categoría, Lorenzo disfruta este año de su asentamiento en MotoGP. "Antes iba a ver qué pasa y si vas a ver qué pasa, suceden cosas negativas. Ahora tengo gran parte de las cosas bajo control".

"A mí también podría pasarme lo que le ha pasado a muchos: hacer una buena temporada y luego decaer. Espero que no, porque quiero cumplir mi otro gran sueño, ser campeón del mundo de MotoGP. Pero si no lo consigo, seguiré durmiendo muy tranquilo", añade.

A pocos metros de Lorenzo, en el mismo equipo pero separado por un muro, compite una leyenda, Valentino Rossi, que por primera vez ve amenazado su imperio dentro del equipo.

"Es un fenómeno. Deportistas como él ha habido muy pocos en la historia. Maradona y Pelé en el fútbol, Carl Lewis en el atletismo. En motos es el mejor de la historia. Ha ganado ocho mundiales y un centenar de carreras, así que no se tendría que poner nervioso para nada, porque tiene la capacidad de seguir ganando carreras", según Lorenzo, comedido a la hora de valorar a su compañero y rival.

Su prudencia lejos de la pista también se ha traducido en un pilotaje más sereno, pero el mallorquín promete carreras de alto voltaje. "Una vez encima de la moto no puedo asegurar que no vaya a arriesgar por el primer puesto. Soy un ser humano, no una máquina. La experiencia negativa te hace aprender, pero no aseguro que no me vuelva a equivocar".

Cuando se baja de la moto, Lorenzo ha abandonado ya "esa época época en la que quería agradar a todo el mundo". Ahora prefiere pensar en la conexión con sus seguidores. "Caeré bien a la gente que tenga la misma vibración que yo. A la gente que sea de diferente manera nunca le caeré bien. Soy piloto de motos, no un artista de televisión".

Su futuro deportivo a partir de la próxima temporada está por definir, ya que su contrato con Yamaha vence al término del presente curso, pero sus palabras invitan a pensar en una renovación. "No sé qué pasará, pero estoy muy bien en Yamaha. Es un buen sitio para mí, hemos creado una pequeña familia y estaría bien seguir aquí".

De momento, disputadas cinco carreras, con dos victorias, un segundo puesto y un tercero, Lorenzo está satisfecho con su Yamaha. "Le pondría un 8,5, mucho mejor que el año pasado".

Los primeros entrenamiento del GP de Montmeló se han visto salpicados por la noticia de la detención de Dani Amatriain, ex representante de Lorenzo. Alejado de la cuestión, Lorenzo prefiere abstenerse y recuerda que su cambio de dorsal, del 48 al 99, responde también al cierre de su capítulo anterior. "El 48 era el número de Amatriain cuando era piloto. Lo llevé mucho tiempo. Pero al empezar una nueva era, el 99 era el que más me llamaba la atención".

Hace aproximadamente un año, Lorenzo vivió su peor momento como piloto. Pensó en dejar las motos después de una caída en los entrenamientos de Montmeló. "Era frustrante no recordar nada. La sensación de impotencia era muy grande después de cinco caídas, cuatro de ellas con graves daños. Fue un momento de calentura en el que dices barbaridades, luego reflexionas más y piensas más fríamente".

Mientras siga disfrutando encima de la moto, Lorenzo seguirá fiel a las dos ruedas. "En los momentos de debilidad, tu parte fuerte tiene que aflorar y hay que salir adelante". ¿Y después? "Aún tengo mucho que hacer en las motos para pensar en futuras aventuras, pero seguramente en un coche no se llega a sentir lo que se siente en una moto".

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