Este artículo se publicó hace 15 años.
Un lobo hambriento en un invierno gélido protagoniza la primera novela de Joseph Smith
Un lobo hambriento, en un bosque nevado de un gélido invierno, es el protagonista de la primera novela del británico Joseph Smith, un filósofo que da clases de piano a los hijos de sus vecinos, y que ha visto como, en apenas un año, esta breve fábula se ha publicado en una decena de idiomas.
Con gran impacto en las ferias de Londres y de Fráncfort del año 2007, Smith ha viajado ahora hasta Barcelona para presentar esta obra, publicada por Mondadori y en catalán por Amsterdam Llibres, en la que ofrece una reflexión sobre el animal, el hombre y la naturaleza.
En una entrevista con Efe, asegura que la trama del relato la fue desarrollando a partir de una idea que tenía en la cabeza, la de un lobo que recorre durante unos días unos bosques, en un extraño invierno "en el que los cuervos cazan zorros y los lobos no pueden morder".
Aunque no le disgusta que la crítica haya tachado su texto de fábula, remarca: "mi primera intención no era esta, pero me vi esclavo de una idea, que desarrollé hasta el final, teniendo en cuenta que cuando se escribe existen el mundo de los ideales y el de la realidad".
Narrado en primera persona, el lector irá conociendo lo que piensa y siente un lobo feroz, con el estómago vacío, aunque decide perdonar la vida a un zorro, en aras de conseguir un gran cisne blanco, sin que este hecho quiera ser una moraleja.
Lo que sí reconoce Smith es que el invierno "tenía que estar como telón de fondo, porque es una estación del año que ayuda a crear situaciones de dureza y dificultad. ¿Quién no conoce el efecto de la nieve en el cuerpo o el ruido de unas pisadas en un paisaje nevado?", se pregunta.
Otro de los actores del relato es la propia naturaleza, con quien el escritor mantiene, según dice, "sentimientos encontrados, porque tiene aspectos magníficos, pero también puede ser muy cruel".
Además del aire poético que desprende este cuento largo, llama asimismo la atención del lector que el predador protagonista reflexione constantemente, con sentencias como: "Me quedo donde estoy no porque admire lo que ha hecho el hombre (...) sino porque desprecio el cascarón en el que se esconden los hombres, muertos como la piedra de la que están hechos, tan distintos de los árboles, que sólo duermen".
El londinense se defiende e indica que esta afirmación la realiza "un lobo desde su naturaleza salvaje, por lo que hay que tomarla con un cierto escepticismo. En definitiva, es un hombre quien escribe sobre los hombres desde la perspectiva de un lobo, cerrando un círculo", argumenta.
Tampoco hay diálogos entre los diferentes animales que aparecen en el relato, porque: "aunque en un primer borrador sí los había incluido, luego vi que si los plasmaba se perdía en autenticidad".
El escritor, de apenas 29 años, avanza que está inmerso en la escritura de una nueva novela, cuyo hilo conductor será un toro. "Será el último libro que haga desde la perspectiva de un animal", promete con vehemencia.
Sin embargo, sostiene: "escribir sobre animales me va muy bien, porque las personas tenemos unas ideas muy fijas sobre ellos, y al convertirlos en figuras literarias me ofrecen unas avenidas por las que transitar a la hora de crear un libro".
Residente en Londres, junto a su mujer y a su hijo Clarke, Joseph Smith señala que empezó a escribir "seriamente" cuando dejó la universidad, donde, confiesa, pasó la mayor parte del tiempo leyendo novelas de autores como Joseph Conrad, Ernest Hemingway, Leon Tolstoy o James Jones.
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