Este artículo se publicó hace 16 años.
Lleno absoluto en el ingreso del lingüista Salvador Gutiérrez en la RAE
El salón de actos de la Real Academia Española se ha quedado pequeño esta tarde para albergar a las más de seiscientas personas que han asistido al ingreso del lingüista asturiano Salvador Gutiérrez, que ha dedicado su discurso a la Gramática, la disciplina en la que es un gran experto.
Familiares, amigos, catedráticos de diferentes universidades españolas, antiguos alumnos y numerosos académicos han querido acompañar en un día tan solemne a Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León y autor de una veintena de libros sobre diversas áreas del lenguaje.
Un cuarto de hora antes de que empezara la ceremonia ya no quedaban asientos libres y numerosos asistentes se han visto obligados a seguir desde fuera del salón la lectura del discurso, visiblemente contrariados algunos de ellos por "no poder ver a nuestro amigo Salvador".
Entre los asistentes figuraban el director general de Universidades del Ministerio de Educación, Javier Vidal; el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo; el rector de la Universidad de León, Ángel Penas, y José Emilio González Aller, el alcalde de Bimenes, la localidad asturiana donde el nuevo académico nació en 1948.
El escritor leonés José María Merino, la directora general de Espasa, Ana Rosa Semprún, y académicos de la Lengua como Luis Mateo Díez, Valentín García Yebra, Gregorio Salvador, Emilio Lledó, Luis María Anson, Guillermo Rojo, Álvaro Pombo y Carlos Castilla del Pino han seguido también atentamente la lectura del discurro de Gutiérrez, titulado "Del arte gramatical a la competencia comunicativa".
A las siete en punto, sonriente y muy elegante, vestido con el frac que requería la ocasión, Salvador Gutiérrez entró en el salón de actos, flanqueado por Pedro García Barreno y el secretario de la RAE, José Manuel Blecua, los dos académicos últimos en ingresar. La gente prorrumpió en aplausos y los flashes de las cámaras digitales no se hicieron esperar.
En la mesa presidencial le aguardaban el director de la RAE, Víctor García de la Concha y el vicedirector, José Antonio Pascual, y luego se incorporaría Blecua.
Al principio de su intervención, Gutiérrez le dijo a sus compañeros que, al elegirlo académico, le han rendido "un silencioso reconocimiento" a cuantos le han enseñando a lo largo de su vida y, a la vez, le han dedicado "un homenaje a la institución más humana entre las humanas: la educación".
Tras el tradicional y sentido elogio a su antecesor en el sillón "S", el filósofo Julián Marías, Gutiérrez agradeció a Ignacio Bosque, Francisco Rodríguez Adrados y Luis Mateo Díez que hayan avalado su candidatura, y recordó también con emoción a su principal maestro, Emilio Alarcos Llorach.
El nuevo académico analizo la evolución del concepto de Gramática a través de la Historia y, hacia el final de su intervención, defendió con énfasis la conveniencia de enseñar Gramática, "aunque haya voces que digan lo contrario", y subrayó también la importante labor que hacen los docentes. "Sin ellos no hay educación", sentenció.
Tras el prolongado aplauso que puso punto y final al discurso de Gutiérrez, Ignacio Bosque, otro gran experto en Gramática, le dio la bienvenida al nuevo académico y repasó su amplia trayectoria profesional.
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