La actriz Lindsay Lohan concluyó hoy su periodo en libertad condicional de casi cinco años después de sus detenciones por conducir en estado de embriaguez y tras múltiples ingresos en clínicas de desintoxicación.

"Ha hecho todo lo que esta Corte le ha pedido", dijo hoy la jueza Stephanie Sautner.

Desde noviembre la intérprete, que ha pasado al menos cinco veces por la cárcel, ha completado más de 50 días de trabajo comunitario en la morgue del condado de Los Ángeles y 18 sesiones de terapia.

"Necesitas vivir tu vida de forma más madura. Deja los clubes nocturnos y céntrate en tu trabajo. Espero no verte más", le dijo Sautner a la actriz, cuyos primeros problemas ocurrieron en 2007, cuando fue arrestada por un delito de embriaguez al volante.

Lohan, que no pudo ocultar su felicidad, contestó: "Sólo quiero darle las gracias por ser justa. Lo que ha hecho me ha abierto muchas puertas y se lo agradezco mucho".

En enero de 2011 el propietario de una joyería situada en Venice Beach (California) denunció el robo de uno de sus artículos y la policía halló evidencias de la vinculación de Lohan con el caso.

La joven sostuvo que le prestaron el collar y que a su estilista se le olvidó devolverlo.

Cuando fue acusada del robo, Lohan se encontraba en libertad condicional por una causa que se inició en 2007, tras ser detenida por conducir ebria, y que se complicó posteriormente cuando incumplió en reiteradas ocasiones las órdenes judiciales.

Si Lohan volviera a desobedecer la ley podría enfrentarse a una pena de 245 días en la cárcel.

La actriz, que asegurar estar centrada en su carrera artística, intervendrá en un episodio de la actual temporada de la serie "Glee" y ha firmado un contrato para interpretar a Elizabeth Taylor en una película para televisión.

"Lindsay pone fin a un capítulo de su vida y se está preparando para el siguiente", dijo su representante, Steve Honig. "Está deseando volver a un rodaje y afrontar sus próximos proyectos", añadió.