El libro electrónico gana adeptos pero tiene duros competidores
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Por Sarah Marsh y Georgina Prodhan
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Los dispositivos para la lectura electrónica, que reproducen libros en una pantalla, están ganando adeptos pero es poco probable que estos reemplacen a los libros impresos y deberán competir duro con otras formas de consumo de medios digitales, según los exponentes de la Feria del Libro de Francfort.
Las ventas de dispositivos para la lectura electrónica como el Kindle de Amazon y el Reader de Sony han crecido rápido, impulsando a las compañías más pequeñas a introducir sus propios prototipos en la feria y a las editoriales a acelerar la digitalización de sus libros.
Estos reproductores, pequeños y ligeros, pensados para caber en un bolso, pueden eliminar la necesidad de cargar con libros y periódicos al acceder a los textos a través de Internet, ya que una de sus características es la posibilidad de conectarse a redes wi-fi.
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Algunos piensan que estos dispositivos podrían empujar la digitalización de los libros de la misma forma que el iPod lo hizo con la música.
El consejero delegado de Penguin, John Makinson, dijo a Reuters: "Se han convertido en la corriente principal, en el sentido que son un genuino producto de consumo por el cual hay un apetito real, ya no es el terreno de unos raros aficionados a la informática".
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Makinson afirmó que Penguin estaba publicando nuevos títulos tanto en versiones impresas como digitales, además de proceder a la digitalización de sus catálogos.
La firma tecnológica iSuppli predice que los beneficios de los libros electrónicos crecerán desde los 3,5 millones de dólares (2,6 millones euros) en 2007 hasta alcanzar los 291 millones de dólares en 2012.
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Los expositores de la Feria afirman que los lectores que utilizan plataformas digitales eran científicos y nuevos usuarios pero que la tendencia se está expandiendo a viajeros, estudiantes y personas que se desplazan para ir a trabajar.
Ronald Schild, director de una MVB, una compañía de servicios de lectura digital para la industria alemana, dijo a Reuters que la lectura digital no reemplazaría a los libros impresos, pero sí aportaría ciertas ventajas.
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"Mis hijos todavía leen libros con dibujos pero no estoy seguro que llevarán una mochila de cinco kilos a la escuela", afirmó Schild.
Los ecologistas también pueden ser arrastrados por los argumentos a favor de la lectura digital, ya que estos reproductores consumen poca energía y reducen el consumo de papel.
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Sin embargo, algunos piensan que el precio podría impedir que esta tendencia se generalice, especialmente debido al clima económico reinante.
"La crisis financiera va a ralentizar la demanda de lectores digitales", afirma Françoise Dubruille, directora de la Federación Europea de Vendedores de Libros.
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Sin embargo, algunos piensan que el móvil podría situarse como una buena alternativa a los reproductores digitales, que tienen un coste de entre 300 y 400 dólares.
"Los editores sudafricanos (...) me dijeron que el móvil es la próxima tendencia importante para leer. Todo el mundo tiene un móvil en Sudáfrica, así que están preparando contenido para estos teléfonos", aseguró el director de la Feria del Libro de Francfort, Juergen Boos.
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Para el premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk sin embargo, la transición no está tan clara.
"Cuando miro las formas de la tecnología de hoy, no puedo imaginarme utilizando un reproductor digital", dijo el escritor turco que matizó. "Pero, un día (...)cuando la tecnología se las arregle para crear el perfume de los libros, de los viejos libros, entonces, sí, quizás".