Este artículo se publicó hace 15 años.
Liberados los primeros caballitos de acuario
El proyecto busca ampliar la población natural de la especie
Un proyecto de investigación con participación del CSIC, de la Universidad de Santiago de Compostela y del Instituto Canario de Ciencias Marinas ha culminado con éxito la primera reintroducción de caballitos de mar criados en cautividad. Se trata de 10 ejemplares de hipocampo narizón (Hippocampus guttulatus), la especie de caballito de mar más abundante en las aguas españolas.
Los animales, seleccionados genéticamente para no alterar las poblaciones naturales, se liberaron en la ría de Arousa (Pontevedra) y llevan implantado un marcador subcutáneo que permitirá a los científicos mantener un seguimiento durante al menos un año. Según el coordinador del proyecto, Miquel Planas, del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, esta vigilancia permitirá "conseguir información muy valiosa sobre su madurez sexual y si tienen crías o no".
La reintroducción forma parte del proyecto Hippocampus, que se lanzó en 2006 como la primera gran investigación europea sobre el caballito de mar narizón. Los científicos prepararon acuarios especiales para perfeccionar la cría en cautividad. Al principio, dice Planas, la supervivencia de las crías al mes de vida era del 1% o 2%, pero la treintena de crías obtenidas este año ha alcanzado ya un 73% de supervivencia.
Las investigaciones desmienten el mito de la monogamia del caballito de marEl objetivo final, dice el investigador del CSIC, es ensayar las posibilidades de una reintroducción que ayude a la recuperación de la especie. Durante el proceso, los científicos han reunido datos desconocidos hasta ahora de la vida del caballito en estado salvaje, como su tasa de crecimiento, desplazamientos y esperanza de vida, así como su reproducción y cría en cautividad.
Como ejemplo del desconocimiento actual sobre estos animales, Planas destaca que sus investigaciones desmienten el mito de la monogamia del caballito de mar y de su "fidelidad eterna". "Dependiendo de si uno es soltero o no, de quién tenga a su alrededor y de si es capaz de interactuar con otros ejemplares, puede haber cambios de pareja de modo que siempre se aseguren la descendencia", dice Planas.
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