El cantante Julio Iglesias dijo hoy que en España hay una veintena de políticos 'sentados en sus casas' que son superiores a los que están en activo, 'multiplicados por mil', y reivindicó el instinto de Felipe González y de José María Aznar.

'Están sentados porque no tienen poder de convocatoria, porque no se les llama o porque están un poco aburridos, pero con capacidad notoria', señaló Iglesias, que ofrece esta noche un concierto en las Pirámides de Guiza.

El artista está 'convencido de que Felipe y José María, solamente con su instinto, son capaces de hacer mejor las cosas'. A su juicio, los políticos españoles 'no están preparados' y son 'muy apasionados y charlistas, para no decir charlatanes, porque es una mala palabra'.

Tienen 'buen ritmo en las palabras pero muy mal ritmo en los hechos', según él. 'Siento que el poder de hoy es un poder errado absolutamente', apuntó el cantante español más internacional. 'España es como el Guadiana: de repente desaparece, de repente aparece', dijo Iglesias, que contrapuso la situación política con 'la individualidad terriblemente creativa' que representan deportistas como Rafa Nadal, Fernando Alonso o las selecciones nacionales de fútbol y baloncesto.

Sin embargo, el músico consideró que España se ve perjudicada cuando 'no piensa en su ahorro para capitalizar año por año las respuestas que tiene que dar a la Eurozona, y todo lo reparte en un año y se queda otros cinco sin saber que lo demás es débito'.

'Los españoles aprendemos las cosas normalmente tarde', opina el intérprete de Hey.

'Nuestra liturgia fundamental está basada en que cuando llega el momento no nos hemos acordado de que las carreteras tenían que servir para 30 años después', agregó. El artista precisó que España está en 'un momento de cruce de caminos', por lo que las protestas 'que surgen son muy fuertes y la culpabilidad es de todos'.

Preguntado por el debate sobre la posibilidad de aumentar la edad de jubilación en España, Iglesias, que cumplió 67 años el pasado septiembre, se mostró partidario de regularla por sectores porque 'no se puede jubilar igual un señor que está trabajando al aire libre toda su vida que otro que está cómodamente'.

Además, denunció 'el lugar marginal que ocupa España' en el ámbito de la educación, ya que 'debía estar entre los diez primeros en proporción a sus avances económicos y sociales'. 'No me preocupa demasiado el futuro porque sé que España es más fuerte institucionalmente que nada [...]. No se puede destruir lo indestructible, una ventaja con la que han jugado ciertas generaciones de políticos'.