Este artículo se publicó hace 14 años.
A juicio el 'trader' acusado de casi hundir SocGen
Por Lionel Laurent
Jérôme Kerviel describió el martes su pasado "extremo" como agente de bolsa en el primer día del esperado juicio en el que se determinará su papel en las millonarias pérdidas que estuvieron a punto de hundir al banco francés Société Générale.
El agente de bolsa de 33 años, vestido con traje negro, camisa blanca y corbata a rayas, habló con una voz apenas audible después de que el magistrado que preside el juicio le pidiera que contara su pasado.
"En ocasiones fue extremo (...) agotador, físicamente", dijo Kerviel al hablar de su empleo en Société Générale, después de ascender del "middle-office", luego como asistente de 'trader' y finalmente como agente de bolsa desde 2005.
En una calurosa y atiborrada sala del Palais de Justice de París, contó que trabajaba de las 7 am a las 10 pm, incluyendo los festivos, y que apenas tenía un breve descanso en el que se tomaba un bocadillo frente al ordenador.
"Era cronofagia, vivía para los objetivos", añadió, sentado en una silla de plástico ante filas de abogados con sus túnicas negras. "Los ánimos de mis superiores me hicieron seguir".
Kerviel, que afronta una pena de cárcel de cinco años y una multa de 375.000 euros si es declarado culpable de los cargos de romper la confianza, abuso informático y falsificación, declaró que su actual profesión es "consultor informático" y que su salario mensual es de 2.300 euros. Llegó a ganar 48.000 euros netos en 2006, con una prima anual de 60.000 euros.
Convertido en uno de los símbolos más famosos de la crisis financiera, su juicio está considerado como importante para cuestiones de futura regulación y prevención de crisis.
"El juicio será seguido de cerca en todo el mundo porque es un símbolo de excesos financieros y de lo que se va a hacer al respecto", explicó en una entrevista telefónica Bradley Simon, socio del bufete de abogados Simon & Partners, especializado en la defensa de este tipo de casos.
También pone a prueba la capacidad de SocGen de echarle la culpa a Kerviel o si su actuación será vista como "un fallo cultural en nuestro sistema capitalista", según dijo Simon.
Al llegar al tribunal, Kerviel permaneció en silencio y con cara glacial y permitió que su abogado, Olivier Metzner, se enfrentara al mar de periodistas y cámaras que les aguardaban.
"No es un hombre el responsable de esto, sino un sistema. Quien comparece ante el tribunal es un peón, un peón que ha sido utilizado y del que se han sacado beneficios, y que (...) luego ha sido echado", afirmó Metzner.
AUSENCIA
El antiguo presidente del banco Daniel Bouton, que se vio obligado a dimitir el año pasado en parte debido a su gestión del escándalo, se ha negado a comparecer en persona al considerar que su testimonio por escrito es suficiente, según el magistrado presidente.
El juicio traerá recuerdos desagradables para Société Générale, que intenta restaurar la confianza de los inversores en un ambiente de frágil recuperación económica y ante la perspectiva de una regulación más estricta.
Aunque Kerviel ha admitido que se inventó unas posiciones especulativas bursátiles que llevaron a las pérdidas en 2008, ha añadido que esas prácticas estaban toleradas en el sistema de control de riesgos de Société Générale, y esa ha sido una parte central de su defensa.
SocGen ha contraatacado diciendo que actuó en solitario y que los magistrados investigadores habían rechazado ya sus afirmaciones de que actuó con la complicidad de sus jefes. El banco dijo antes del juicio que mantenía que Kerviel era plenamente responsable y pidió un "castigo ejemplar" por considerarse "víctima".
Kerviel está acusado de realizar operaciones de alto riesgo entre 2005 y 2008 que sumaron 4.900 millones de euros y que fueron realizadas sin conocimiento de SocGen, según el banco.
En el juicio están dos de los abogados más conocidos de París: Metzner y Jean Veil. Entre los clientes de Metzner figuran el ex dictador panameño Manuel Noriega, el ex jefe de Vivendi Jean-Marie Messier y el ex primer ministro francés Dominique de Villepin.
El juicio se prolongará hasta el 25 de junio, superponiéndose con un crucial día del inversor para SG, en un momento en el que intenta impulsar la confianza en su nueva estrategia.
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