Este artículo se publicó hace 15 años.
Un juez excluye a 10 familias de la concertada por dudas sobre su fe
Las familias afectadas habían escogido un colegio público como segunda opción
Si un padre quiere escolarizar a su hijo en un centro religioso, sus actos deben manifestar una inequívoca voluntad de formar al niño conforme a estas creencias. Éste es el criterio del juzgado de lo contencioso-administrativo número 10 de Sevilla, que entre el 31 de julio y el 16 de noviembre ha dictado 10 sentencias que excluyen a sendos menores de centros concertados católicos, al considerar que para sus padres no es "esencial e ineludible" educar a sus hijos en colegios guiados por esta fe. La prueba de ello, según el juez firmante de las 10 sentencias, es que su segunda opción eran colegios públicos.
"Yo solicité un público como segunda opción por miedo a que no me dieran lo que quería. O me decantaba, o lo dejaba en blanco. Yo no puedo permitirme uno privado", protesta Javier Restituto, uno de los padres afectados, cuya hija de 3 años está escolarizada en el centro sevillano público Maestra Isabel Álvarez, cuando su pretensión era que ingresase en el Portaceli, concertado. "Ya estoy comprobando que esto no es lo que yo quería. Para empezar, no van a celebrar la Navidad", denuncia Javier.
Los autos dicen que quien no rechaza la formación laica, no merece una católica
Las sentencias del juzgado número 10 afectan a padres que pretendían escolarizar a sus hijos en los centros sevillanos Inmaculado Corazón de la Santa María (Portaceli), Santa Ángela, Compañía de María, San Isidoro o Salesianos de San Pedro. En todos los casos, se trata de padres que recurren ante el juzgado resoluciones de la Delegación de Educación de la Junta andaluza en Sevilla por las cuales sus hijos son excluidos de centros católicos al quedar fuera de la ratio máxima de alumnos por aula.
La argumentación del juez se repite, con pocos cambios, en todas las sentencias consultadas por Público. El magistrado parte del artículo 27.3 de la Constitución, que determina que "los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
"Voluntad clara"Luego puntualiza que este fundamento "precisa como ineludible sostén fáctico que los padres hayan manifestado una clara, inequívoca e incondicional voluntad de que su hijo sea educado" en un centro concertado que responda a sus "expectativas de orden académico, moral y religioso". Finalmente concluye que estos padres "no tuvieron inconveniente alguno en señalar como otros centros preferentes alguno de naturaleza pública y, por ende, de moral laica". Ello prueba, a su juicio, que estos padres "prefieren" un centro religioso, pero ello "no es tan prioritario" y no supone "algo esencial e ineludible".
"No es lo que yo quería. No celebran la Navidad", dice un progenitor creyente
Una de las sentencias añade un argumento más. Se trata del caso de una familia que demandaba la ampliación de la ratio del colegio concertado religioso Santa Ángela, en el municipio sevillano de Osuna, para que su hija fuera escolarizada en este centro en Educación Secundaria Obligatoria. Pero el juez, además de los argumentos contrarios del resto de sentencias, añade aquí otro: el hecho de que la chica estuvo en el colegio Rodríguez Marín, "de moral laica", hasta los 11 años.
Diversas fuentes judiciales, que destacan el "rigor y la elaborada argumentación" que suele emplear el titular del juzgado número 10 en sus fallos, señalan que no les consta que ningún otro juez haya dictado sentencias utilizando argumentos similares.
El juez ha dictado también, los días 11 y 19 de noviembre, dos autos que deniegan la escolarización de sendos alumnos en el colegio Portaceli como medida cautelar, en tanto se llega a alguna decisión sobre el fondo del asunto. Todas estas resoluciones son recurribles.
Reacciones favorablesLaicos y católicos coincidieron, por distintos motivos, en su apoyo a la postura del juez. El presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, afirma que es un acierto porque "los colegios concertados se saltan sistemáticamente el número de alumnos por aula con la única intención de aumentar los beneficios", informa Javier Salas. Delgado espera que sentencias como esta generen dinámicas parecidas en toda España.
Las asociaciones de padres católicos, por su parte, aprovecharon para insistir en su reclamación más habitual: el aumento de plazas en centros concertados. Así lo reclama Juan María del Pino, presidente de la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos, que ve con buenos ojos las sentencias porque defienden a las familias católicas frente a otras que intentan escolarizar a sus hijos en centros concertados, pese a que "no tienen el más mínimo interés en el ideario católico".
El "mal menor" se vuelve contra los padres católicosCualquier padre puede solicitar un solo centro para sus hijos. El problema es que con ello se expone a que, si no hay plazas, la Administración le asigne un centro alejado de sus intereses. Por eso muchos padres católicos eligen como primera opción un colegio concertado y, como segunda, uno público próximo a su domicilio como “mal menor”, explican fuentes judiciales. Ese mal menor se ha vuelto contra ellos.
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