Este artículo se publicó hace 17 años.
El juez critica a Francia por no obligar a los "paparazzi" a declarar sobre Diana
El juez instructor de la investigación judicial británica de la muerte de la princesa Diana de Gales acusó hoy a las autoridades francesas de tomar una decisión "política" por no obligar a declarar a fotógrafos que son testigos cruciales.
El juez Scott Baker manifestó su sorpresa por la actitud de las autoridades galas, de quienes se esperaba que, en aplicación de la legislación francesa, forzasen a prestar declaración a los "paparazzi" que persiguieron a Diana la noche de su trágica muerte el 31 de agosto de 1997 en París.
Algunos abogados que representan a las partes en el caso afirmaron que, en virtud de la ley francesa, los fotógrafos pueden ser obligados a declarar por vídeo-conferencia desde el palacio de Justicia de París, pero el juez confirmó que "eso no va a suceder".
En una vista celebrada en el Tribunal Superior de Londres, el magistrado dijo hoy que, a finales de la semana pasada, el Gobierno francés abogó por "lo que parece ser un cambio de postura" adoptado "al más alto nivel" y que "parece haber sido una decisión política".
Según el magistrado, las autoridades francesas basaron su decisión en una sección del código civil galo que abarca cuestiones que "amenazan el orden público o los intereses fundamentales de la nación".
Scott Baker también reveló que las autoridades galas expresaron su inquietud por la supuesta agresividad con que Stephane Darmon, motorista que acompañó a uno de los "paparazzi" en aquella noche fatídica, fue preguntado por los abogados esta semana en otra vista.
Por su parte, Michael Mansfield, abogado que representa a Mohamed Al fayed, padre de Dodi Al Fayed, novio de la princesa y fallecido junto a ella, acusó al Gobierno francés de andarse con "subterfugios".
Además, Mansfield instó al ministro británico de Justicia, Jack Straw, a elevar el caso a su colega francés para desbloquear la situación.
Diana, de 36 años, murió el 31 de agosto de 1997 junto a Dodi Al Fayed, de 42, y al chófer del vehículo, Henri Paul, al colisionar el automóvil contra una columna de un túnel situado junto al puente parisino de Alma cuando era perseguido por varios "paparazzi".
El jurado de la investigación judicial británica, que se ausentó hoy del tribunal, debe establecer si la muerte de la princesa fue producto de una conspiración o un trágico accidente.
Mohamed Al Fayed continúa convencido de que su hijo y Lady Di fueron víctimas de una conspiración al más alto nivel, con la participación incluso del marido de la reina Isabel II, el duque de Edimburgo, para impedir que la pareja pudiera casarse.
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