Jáuregui representará al Gobierno en la misa del Papa en la Sagrada Familia

El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, representará al Gobierno en la misa que ofrecerá el Papa Benedicto XVI para consagrar la catedral de la Sagrada Familia en Barcelona el próximo domingo.

Así lo ha confirmado el propio Jáuregui en Antena 3, donde ha añadido que asistirá a la misa como ministro de la Presidencia, y no como católico, porque el Gobierno considera "que debe estar presente", motivo por el que el ministro de Fomento, José Blanco, estará presente, el día anterior, en la misa del Papa en Santiago de Compostela.

"Yo no soy persona de fe, no soy católico, simplemente soy ministro de la Presidencia, y el Gobierno considera conveniente que yo esté en esa celebración, voy a estar en mi condición de ministro, no en mi condición de católico, porque no lo soy", ha manifestado Jáuregui.

El ministro ha realizado este anuncio al ser preguntado por la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en los dos actos religiosos de Benedicto XVI durante su visita de dos días a España.

Ha explicado que la relación que Zapatero "ha establecido" con el Papa es "absolutamente lógica" dada la naturaleza aconfesional del Estado español, y ha recordado que la que mantiene el Gobierno con la Iglesia es "muy especial" "en virtud de una lógica sociología católica mayoritaria" en la sociedad.

Jáuregui no ha visto contradicciones entre la decisión de Zapatero de no asistir a los actos del Papa en Santiago y Barcelona y su presencia en el "Desayuno de Oración" en Washington el pasado mes de febrero.

Ha recordado que el jefe del Ejecutivo recibió una invitación del presidente de EEUU, Barack Obama, para que le acompañara en ese acto y que había "una extraordinaria oportunidad y una necesidad política muy grande de que España estuviera presente en aquel foro tan privilegiado".

Respecto al revés sufrido por Obama en la jornada electoral de ayer en EEUU, el ministro de la Presidencia ha señalado que el presidente de EEUU "tiene margen" para continuar con el proceso reformista, y ha añadido que no es "un objetivo inalcanzable" que pueda renovar la confianza de los electores dentro de dos años.