Este artículo se publicó hace 15 años.
La izquierda chilena se agarra a los comunistas
La Concertación pacta con el PC ante el avance de la derecha
La oficialista Concertación, la coalición política de partidos de centro e izquierda moderada, ha concretado un pacto con el Partido Comunista de Chile (PC) con vistas a las elecciones presidenciales y parlamentarias que se celebrarán en diciembre. Se trata del primer acuerdo de este tipo desde Salvador Allende.
Este pacto apunta a que los comunistas lleguen al Parlamento, aunque también busca reforzar la alicaída opción presidencial del oficialismo, ya que el candidato Eduardo Frei no logra repuntar en las encuestas que siguen dando como favorito al multimillonario derechista, Sebastián Piñera.
Desde el regreso de la democracia a Chile, en 1990, los comunistas nunca han superado la barrera del 7% en las urnas ni han logrado tener representación parlamentaria en el peculiar sistema electoral chileno instaurado por Augusto Pinochet antes de salir del Palacio de La Moneda para favorecer a las dos primeras fuerzas políticas y perjudicar a comunistas, verdes y humanistas.
El acuerdo asegura a los comunistas la representación parlamentariaSin embargo, el portavoz del Partido Humanista chileno, Tomás Hirsch, comentó ayer a Público que su grupo también formó parte de las negociaciones que representantes de la Concertación habían mantenido con los partidos minoritarios pero que se retiraron "porque en verdad la Concertación no nos ofrecía ningún distrito dónde pudiéramos ganar y salir de la exclusión en la que estamos".
El líder humanista censura que tanto democristianos como socialistas los principales socios del partido en el poder han podido "en sus casi 20 años de Gobierno, cambiar el sistema binominal por uno más representativo, pero nunca lo han hecho porque este sistema en vigor les favorece y les sigue siendo útil".
Base del acuerdoEl acuerdo suscrito ahora entre la coalición de Gobierno y el PC consiste en que los comunistas puedan incluir 10 candidatos a diputados en la lista del oficialismo. A cambio, la Concertación recibirá el apoyo de sus nuevos socios políticos en 10 distritos donde los sondeos internos consideran factible despojar de escaños a la derecha.
El presidente del PC, Guillermo Tellier, ha pedido que este pacto histórico "sea más que una herramienta instrumental y dé origen a futuras leyes que perfeccionen nuestra democracia". Sin embargo, el acuerdo no ha sido bien recibido por algunos sectores democristianos que aseguran no tener nada en común con los comunistas y temen que esta estrategia empuje a sus simpatizantes hacia la derecha.
El multimillonario Sebastián Piñera supera a Frei en intención de votoLa izquierda extraparlamentaria que ya tenía su propio candidato, Jorge Arrate, se ha comprometido a retirar su plancha y a promover entre sus seguidores el voto al candidato oficialista Eduardo Frei, "si es que éste llega a pasar a la segunda vuelta", dijeron fuentes del partido.
Las dudas sobre las posibilidades reales de Frei se han incrementado en los últimos meses, especialmente tras la irrupción de un joven candidato, el diputado ex socialista Marco Enríquez-Ominami, que se ha disparado en las encuestas y no sólo comienza a ser un incómodo oponente para Frei sino también para el derechista Piñera.
Existe preocupación entre los asesores de los dos grandes bloques, que ya han optado por reformular sus estrategias de campaña para revertir las transversales adhesiones que captura el joven político. En todo caso, en las filas de la Concertación existe una cierta confianza a que el apoyo del PC contribuya decisivamente a mantenerles en el poder. Saben que los comunistas ven en esta alianza "un mal menor" ante la amenaza de un Piñera que ahora lidera las preferencias del electorado.
El ‘factor Enríquez’ convulsiona ChileHijo de un mítico líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que murió combatiendo contra la Policía secreta de Pinochet, el diputado Marco Enríquez-Ominami, 36 años, ha revolucionado la política chilena.
Con un discurso directo, partidario de despenalizar el aborto y de la unión civil de los homosexuales, Enríquez está logrando quebrar la escena política del país más estable de Sudamérica. Tras 15 años de militancia socialista dejó esa organización porque le negaron la posibilidad de competir en primarias contra el ex presidente Eduardo Frei. Hoy, tras dos meses de campaña, aglutina más del 12% en intención de voto de los chilenos y las perspectivas de mejora superan a las sus rivales. Las televisiones se lo rifan para tenerle en sus programas de máxima audiencia. Es la estrella del momento.
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