Este artículo se publicó hace 15 años.
Italia llora a las víctimas del terremoto
Italia lloraba el viernes a sus víctimas en un funeral de estado tras el peor terremoto que ha afectado al país en tres décadas, mientras la cifra de muertos por la tragedia del lunes llegaba a 289 y los supervivientes expresaban su rabia por el derrumbe de sus hogares.
Miles de dolientes se reunieron ante 205 ataúdes de madera, muchos de ellos cubiertos con flores y fotografías de los fallecidos, dispuestos en cuatro filas en una plaza de la montañosa ciudad de L'Aquila, la más afectada por el seísmo del lunes, de 6,3 grados de magnitud.
Varios pequeños ataúdes blancos, que contenían cuerpos de niños, se colocaron sobre los féretros de sus madres, algunos con sus juguetes favoritos encima.
"Hay mucha tristeza hoy, pero también mucha rabia", dijo Piero Faro, que acudió para ofrecer sus respetos a la familia de su amiga Paola Pugliesi, de 65 años, que falleció junto a su hijo Giuseppe, de 45 años.
"Su edificio simplemente se desintegró. Esto no debería haber ocurrido", expresó Faro.
Algunos asistentes besaron los ataúdes y fueron reconfortados por el primer ministro Silvio Berlusconi antes de que comenzara una misa católica oficiada por el segundo sacerdote de más alto rango del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
La ceremonia comenzó con un mensaje del papa Benedicto XVI.
"En estas horas dramáticas, cuando una aterradora tragedia ha asolado esta tierra, me siento espiritualmente presente entre ustedes y comparto su angustia", dijo el mensaje del Papa.
El Gobierno declaró un día de duelo nacional. Las banderas ondeaban a media asta y en Roma varias tiendas y negocios mostraban carteles que indicaban que estarían cerrados durante el funeral.
Cinco días después del seísmo, los equipos de rescate aún estaban sacando cuerpos de entre los escombros, y hallaron durante la noche el cadáver de una mujer de 53 años y el de su hija adolescente en medio de los restos de su hogar.
Pero la agencia de Protección Civil, que está coordinando la respuesta de emergencia, dijo que las tareas de rescate están llegando a su fin.
Durante la noche se registraron violentas réplicas en la región central de los Abruzos, que dañaron edificios en localidades medievales y aterrorizaron a las 17.000 personas que siguen resguardándose en tiendas de campaña. Varios miles de supervivientes más están alojados en hoteles.
"Damos las gracias a la gente de los Abruzos por su seriedad, urbanidad, dignidad y compostura" dijo Berlusconi, que viajó a L'Aquila para el funeral. "Hoy rendimos homenaje a sus muertos, que son nuestros muertos", agregó.
Después del funeral los supervivientes comenzarán a planear la reconstrucción de sus vidas en una región que depende del turismo, la explotación agrícola y las empresas familiares. El ministro italiano de Industria precisó que más de la mitad de las compañías locales "ya no están produciendo".
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