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Islamistas marroquíes celebran una rotunda victoria al lograr 107 de 395 escaños

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El islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha obtenido una contundente victoria en las elecciones del viernes en Marruecos, al ganar 107 de los 395 escaños de la Cámara de Representantes, y ya se dispone a formar gobierno.

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Según los datos definitivos que se comunicaron 48 horas después del cierre de los colegios electorales el pasado viernes, el PJD está muy por delante del partido nacionalista Istiqlal (60 escaños) y la Reunión Nacional de Independientes (RNI), con 52, que encabezaban, respectivamente, un bloque nacionalista y uno liberal.

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Desde la sede del PJD, una caravana de coches salió por las calles de Rabat con jóvenes agitando banderas del partido, mientras grupos de muchachas con el velo en la cabeza lanzaban "yuyus" de celebración de una victoria histórica para este partido creado en 1996 y que desde entonces no ha parado de crecer.

Casi al tiempo de comunicarse los resultados, el secretario general del PJD, Abdelilah Benkirán, daba una concurrida rueda de prensa en la que no pudo ocultar su satisfacción sobre los resultados obtenidos "mejor de los esperados", pero se mostró cauto sobre el futuro inmediato.

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Benkirán, al que muchos consideran demasiado impetuoso para ocupar el cargo de jefe de gobierno, no reclamó para sí el puesto, y consideró que la elección de ese cargo es sencillamente "una decisión del Rey", que según la Constitución nombra jefe de gobierno en las filas del partido más votado.

El líder islamista tampoco reclamó la mayoría de las carteras para su partido, pues dijo que prefiere primar "la competencia y la integridad", aunque sean de otras formaciones, pero sí dijo que exigirá para el PJD "determinados ministerios" que no precisó. Eso sí, dijo que es partidario de reducir el número de 33 carteras en el gobierno actual.

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Hay cierta preocupación sobre la posibilidad de que el partido quiera legislar sobre las costumbres, y Benkirán se mostró tranquilizador: "No vamos a entrar en polémicas de quién toma alcohol o cómo deciden vestirse las mujeres; el partido no piensa atentar contra las libertades individuales".

El PJD va a necesitar apoyos de varias formaciones, porque sus 107 escaños lo sitúan lejos de la mayoría absoluta (198), y Benkirán dejó clara su disposición a negociar, particularmente con los partidos de la Kutla, el bloque de tres partidos nacionalistas liderado por el Istiqlal que suman en total 117 asientos.

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La Cámara de Representantes ha resultado muy fragmentada, ya que estarán representados 18 partidos distintos, seis de ellos con más de 20 escaños (además del PJD). Se perfilan claramente tres bloques: el islamista, el nacionalista y el liberal, que se presentaba en las elecciones como modernista pero era popularmente visto como un producto de Palacio.

En los resultados comunicados hoy no hay información disponible sobre los votos obtenidos por cada formación, sino solo sobre escaños, pero cuando se vaya conociendo, es probable que el PJD se haya acercado al tercio de los votos, pues el sistema de reparto de escaños perjudica a las zonas urbanas, donde es más popular.

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Tampoco hay información sobre los votos blancos y nulos, que fueron muy significativos en las elecciones anteriores de 2007 y que pueden arrojar un serio descrédito sobre todo el proceso electoral, ya que se añade a la alta abstención.

Un 45 % de los votantes inscritos participaron en los comicios, pero si se toma en cuenta los más de ocho millones de mayores de edad que ni siquiera se inscribieron, la tasa real de participación se queda en un 28 % del total de población en edad de votar.

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Algunos de los que han dado la espalda a las elecciones se manifestaron hoy en Rabat y en decenas de ciudades, convocados por el Movimiento 20 de Febrero y la organización islamista Justicia y Caridad (ilegal pero tolerada), quienes pedían el boicot.

Los manifestantes gritaron contra "unas elecciones falsas" y "fabricadas por el Majzen" (entramado político en torno a Palacio), en lo que parece una señal de que no piensan bajar los brazos por la llegada al gobierno de un partido distinto a los tradicionales, ya que consideran que el centro de poder no ha cambiado.

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El rey Mohamed VI y su entorno guardan silencio y discreción desde la victoria del PJD, y nadie sabe en qué momento el monarca llamará a los islamistas para formar gobierno.

Javier Otazu y Fátima Buaziz

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