Este artículo se publicó hace 15 años.
Intelectuales recuerdan el pacto de Hitler y Stalin como origen de la división europea
Un centenar de intelectuales y políticos alemanes llamaron hoy, ante el 70 aniversario del pacto entre Adolf Hitler y Josef Stalin, a mantener vivo el recuerdo de esa alianza entre la dictadura nazi y la comunista como origen de la Segunda Guerra Mundial y la división europea.
"En estas semanas y meses, toda Europa celebra el fin de las dictaduras comunistas del bloque del Este, veinte años atrás", apuntan escritores, políticos y personajes de la vida pública, en una carta abierta difundida hoy, en ocasión de la firma del llamado pacto Ribbentrop-Molotov, el 24 de agosto de 1939.
Con la caída del Telón de Acero terminaron décadas de división, cuyo origen está en la Segunda Guerra Mundial y el pacto entre esas dos dictaduras, recuerdan los firmantes, entre los cuales se cuentan el escritor Erich Loest y la responsable de la custodia de los archivos de la Stasi, Marianne Birthler.
"Recordamos también estos días, con dolor y vergüenza, la fecha del 1 de septiembre, 70 años atrás, en que la Alemania nacionalsocialista invadió Polonia", prosigue el documento.
La carta llama a no bajar la guardia y recordar "con responsabilidad" el origen de la división europea, precipitada con el pacto firmado ese 24 agosto entre los responsables de Exteriores alemán y soviético, Joachim von Ribbentrop y Viacheslav Mólotov, en presencia de Stalin.
El tratado establecía una serie de cláusulas de no agresión mutua y el reparto de facto de las respectivas "zonas de interés", que en el caso de Polonia implicó la partición del país de acuerdo a la línea divisoria de los ríos Narev, Vístula y San.
La firma del pacto desató el estupor entre potencias europeas como Francia y Reino Unido, que no creían posible una alianza entre dos dictaduras teóricamente opuestas y rivales.
La consecuencia inmediata por parte del Tercer Reich fue, seis días después, la invasión de Polonia, desencadenante de la Segunda Guerra Mundial.
Dos semanas más tarde, el 17 de septiembre de aquel año, y también conforme a la colaboración acordada entre Hitler y Stalin, los territorios orientales de Polonia fueron invadidos y anexionados por la URSS.
Les siguió, un año después, la invasión soviética de Lituania, Estonia, Letonia y Besarabia (actual Moldavia), que quedaron incorporadas como nuevas repúblicas al territorio de la URSS.
Ambas dictaduras consumaron así sus primeros planes expansionistas, con los consiguientes olas de deportaciones y genocidio.
La alianza entre Hitler y Stalin se rompió definitivamente en junio de 1941, con la invasión del ejército nazi de territorio polaco anteriormente anexionado por las tropas soviéticas.
Se entró así en la segunda fase de la contienda, que terminó con la Capitulación del Tercer Reich, en 1945, y el Ejército Rojo convertido en aliado de las potencias occidentales Francia, Reino Unido y EEUU.
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