Un informe sobre Paracuellos detalla el número de presos fusilados e identifica a quienes firmaron los traslados
Cerca de 1.500 presos salieron de cárceles madrileñas entre el 6 y el 7 de noviembre de 1936. Un total de 196 reclusos llegaron a las prisiones donde tenían que ser trasladados. La documentación del alemán Schlaye
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“Desde el sábado 7 por la mañana hasta el domingo a mediodía han sido sacados de las prisiones de Madrid unos 1.500 presos escogidos, militares y personas de apellidos conocidos y distinguidos”. Todo lo que vio e investigó el diplomático Félix Schlayer lo dejó plasmado en su libro de memorias, una publicación en la que trató de huir de cualquier atisbo de propaganda, tal vez para minorar la orientación cercana al nazismo que tenía y que provocó su expulsión del Madrid republicano. El informe original sobre Paracuellos que Schlayer firmó para Cruz Roja Internacional se encuentra en el archivo histórico de la organización en Ginebra y es una pieza más de la documentación que reunió sobre la represión en Madrid.
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El documento, fechado el 17 de noviembre de 1936, es una minuciosa descripción de las horas previas y posteriores a la matanza en Paracuellos del Jarama el fin de semana del 6 y 7 de noviembre del mismo año. La primera parte del escrito detalla el número de presos que había en cada una de las tres prisiones madrileñas: Ventas, San Antón y la cárcel Modelo, así como los destinos a donde deberían haber llegado los reclusos tras su traslado. Se temía por la caída de Madrid a manos de las tropas franquistas que avanzaban hacia la capital, por lo que las autoridades republicanas decidieron evacuar a los internos. La distribución por cárceles era de 970 hombres en la Modelo, 360 en la de San Antón –según los listados a los que accedió- y 150 en Ventas. La última cifra, según Schlayer, sin confirmar por la propia penitenciaria. Del total de 1.295 presos, llegaron a salvo a la Casa del Trabajo de Alcalá de Henares 196: once, de la cárcel Modelo; 120, de San Antón y 65, de Ventas.
La diferencia entre salir por la mañana de prisión y hacerlo por la tarde marcó el destino de 240 internos. Según un listado nominal que Schlayer halló en Alcalá, los más de dos centenares de confinados que salieron de San Antón la mañana del sábado 7 de noviembre no llegaron nunca a su destino. Sí lo hicieron, sin embargo, los 120 hombres que abandonaron el mismo penal en dos autobuses por la tarde. A la misma ciudad llegaron también los procedentes de la cárcel Modelo: once en total, de los 970 que de allí salieron con destino Valencia. A la capital del Turia no llegó ninguno.
“Los presos de la cárcel de Ventas estaban destinados en parte a Alcalá, en parte al penal de Chinchilla”. “A Alcalá han llegado 65; a Chinchilla ninguno, según afirmó ayer el director del penal por teléfono a la Cruz Roja”, indica Schlayer en su informe. De la cárcel de General Porlier no hay reseña alguna, según el diplomático quien, asimismo, añade que los confinados en esa prisión tenían como destino Chinchilla “pero allí no había llegado ninguno”.
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“Los presos ‘trasladados’ fueron llevados a un sitio llamado ‘los cuatro pinos’, al lado derecho de la carretera de Barajas a Cobeña, en el término de Paracuellos del Jarama donde, al lado izquierdo de la carretera, entre ésta y el río Jarama, he visto yo mismo anteayer caballones de tierra recién levantada que llegan desde la carretera hasta el río en varias hileras que cubren los cadáveres de, lo menos, 700 presos asesinados allí mismo donde, al parecer, había ya zanjas abiertas a propósito”.
Schlayer aseguró haber visto también otros montones frescos de tierra en una pendiente al lado del cementerio de Barajas, donde supuso que había un grupo menor de fusilados.
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Los presos que salieron de las prisiones madrileñas el domingo 8 de noviembre “fueron llevados a Soto de Aldovea” y, según “referencias fidedignas” que Schlayer no concreta fueron fusilados unos 500 internos.
Schlayer no menciona a Santiago Carrillo en todo su informe sobre Paracuellos
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El que fuera cónsul de la legación noruega en Madrid aseveró en su informe haber visto la orden de entrega y traslado de los presos firmada por el subdirector de Seguridad: Girauta. “Sin embargo, la orden la dio el director general Manuel Muñoz en la noche del 6 al 7, antes de su huida a Valencia”, manifiesta Schlayer, que en ningún momento menciona a Santiago Carrillo en su informe sobre Paracuellos.
La salida de los presos pudo verse aplazada bajo responsabilidad del director general de la cárcel Modelo y del subdirector de seguridad con el objetivo de atenuar las consecuencias de la catástrofe. Pero, según el informe, “los elementos encargados de realizar el transporte se negaron basándose en la orden del director Muñoz”. Los "elementos” a los que se refiere eran policías del Gobierno afectos a la brigada de investigación García Atadell, según aclara él mismo.
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Entre los testimonios de Félix Schlayer se encuentran milicianos voluntarios que custodiaban la Modelo y que fueron reclutados para ir "a tirar" porque "había poco tiempo para matar a tantos", según testimonio incluido en el informe. Los voluntarios contaron su experiencia a dos presos que estaban de "escribientes" en una de las galerías de la cárcel Modelo y que Schlayer protegió en su delegación a posteriori.
Schlayer, de nacionalidad alemana, era el encargado de negocios de la embajada noruega. En ausencia del embajador, ocupó el puesto de cónsul y utilizó la sede de la legación para alojar a varias decenas de franquistas con el objetivo de salvarles la vida. Y es que hasta que el gobierno republicano retomó el control de la situación y organizó la resistencia, los asesinatos en la zona republicana se cometían con asiduidad.