Indemnizan por calumnias a unos amigos de los McCann

Por Michael Holden

Unos amigos de los padres de Madeleine McCann, que estaban con la pareja la noche en que su hija desapareció en Portugal, recibieron el jueves el pago de una indemnización por los daños ocasionados por las calumnias que se publicaron sobre ellos, y que apuntaban a que habrían estado involucrados en el caso.

El grupo, conocido como "Tapas 7", recibió 375.000 libras (unos 482.000 euros) de los periódicos Daily Express y Daily Star, que publicaron artículos el año pasado sugiriendo que los amigos de la pareja habían mentido acerca de la desaparición de la niña de 4 años.

Madeleine desapareció en mayo de 2007 de su habitación en un complejo turístico de Praia da Luz mientras sus padres Gerry y Kate McCann comían con sus amigos en un restaurante de tapas cercano.

En una audiencia en el Alto Tribunal de Londres, ambos periódicos admitieron que las historias eran falsas y pidieron disculpas a Jane Tanner, Russell O'Brien, Fiona Payne, David Payne, Matthew Oldfield, Rachael Oldfield y Dianne Webster.

"Las historias difamatorias escritas sobre nosotros no sólo fueron extremadamente perjudiciales a nivel personal, sino que estamos convencidos de que fueron en detrimento de la búsqueda de Madeleine", dijo el grupo en un comunicado, que Fiona Payne leyó frente al juzgado.

"Aunque estamos complacidos con el resultado de hoy, esto cambia poco cuando la difícil situación de Madeleine continúa, ella sigue desaparecida y su secuestrador aún está libre", añadió.

El secuestro de la niña provocó un gran revuelo entre los diarios británicos y portugueses, ansiosos por encontrar una exclusiva en la historia que recibiera atención mundial, conscientes de que las noticias sobre el caso aumentaban las ventas.

Esto llevó a muchos, pero particularmente al Express y Star, a sobrepasar los límites entre los hechos y la especulación.

En marzo de este año, Kate y Gerry McCann recibieron 550.000 libras en daños por calumnias de dos periódicos por las historias publicadas, que sugerían que podrían haber matado a su hija y encubierto su muerte.

La pareja fue nombrada como sospechosa formal por la policía portuguesa unos meses después del secuestro de su hija, pero luego fue absuelta de toda participación por la fiscalía portuguesa.