Este artículo se publicó hace 15 años.
Ildefonso Falcones habla de tolerancia en "La mano de Fátima" desde el drama morisco
La expulsión de los moriscos de España, en coincidencia con el cuarto centenario de su salida del país, le ha servido a Ildefonso Falcones como inspiración para su segunda novela, "La mano de Fátima", con la que pretende hacer llegar un mensaje de tolerancia y convivencia religiosa a sus lectores.
El amor, la guerra, la intriga y, por encima de ello, los deseos del protagonista de lograr una convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes son los principales ingredientes de esta novela, de casi mil páginas, que arranca en la Alpujarra granadina y continúa la acción en la Córdoba del siglo XVI.
Por este motivo, Ildefonso Falcones ha elegido Córdoba para presentar ante los medios de comunicación este libro, y ha paseado por los lugares en los que Hernando, el joven morisco que protagoniza la historia, recorre en su estancia en la capital, como la Sinagoga, las Caballerizas Reales, los barrios de la Judería o San Basilio y la Mezquita-Catedral.
"La mano de Fátima" cuenta la historia de Hernando, un joven morisco atrapado entre dos religiones, la cristiana y la islámica, que pasa la vida luchando por la libertad de su pueblo y que, en la guerra de las Alpujarras, conoce el sabor de la muerte, pero también del amor, de la mano de Fátima.
Al finalizar la contienda, el joven viaja a Córdoba para encontrarse con su familia y allí se ve obligado a ejercer oficios humillantes para sobrevivir, pero también conoce la felicidad y la desgracia, siempre sin perder de vista su motivo vital, lograr la convivencia entre los pueblos.
Como el propio Falcones ha indicado en rueda de prensa, Córdoba ha sido la ciudad elegida como escenario para su segunda novela porque fue "la capital del mundo Occidental en la época califal" y conserva el "encanto" de aquellos tiempos, en los que, tal y como ha recordado, los moriscos eran obligados a tener como vecinos a ambos lados a cristianos para que fueran adquiriendo sus costumbres.
Esta "explotación inmobiliaria", según ha calificado Falcones a esta imposición de las autoridades cristianas de la época, es una de las similitudes de aquel periodo histórico con la actualidad, cuando los inmigrantes viven hacinados en "pisos patera".
Sin embargo, el autor también ha afirmado que se dan grandes diferencias entre el siglo XVI y el XXI, como la actual libertad religiosa en España, en oposición a la obligación de "evangelizarse" de los moriscos de aquella época.
"Hubo convivencia, pero también sometimiento a quien tenía el poder", ha dicho Falcones, tras señalar que al inicio de la época musulmana en Córdoba se permitió a los cristianos ejercer su religión y mantener sus iglesias, si bien con la llegada de "fanáticos como Almanzor" quedaron prohibidos otros credos.
Para la elaboración de esta novela Ildefonso Falcones, que ha tardado tres años en escribirla, ha acudido a las dos crónicas más importantes que se conservan sobre la guerra de las Alpujarras y al "Martirologio de las Alpujarras", fechado en 1600, aunque el escritor ha reconocido que todos los textos que aún se guardan fueron producidos desde el punto de vista cristiano, "desgraciadamente nunca desde el de los moriscos".
"La mano de Fátima" llegará mañana a las librerías de España con una primera tirada de 500.000 ejemplares y está previsto que comience a distribuirse por Iberoamérica a partir de otoño.
Con su segunda obra, Falcones confía en "enganchar al lector con una lectura ágil, no pesada, ni barroca", para repetir el éxito que cosechó con su primera novela, "La Catedral del Mar", de la que vendió cuatro millones de ejemplares en más de cuarenta países.
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