Este artículo se publicó hace 15 años.
Iker Casillas desplega su faceta solidaria en la localidad maliense de Sanambele
El portero del Real Madrid, Iker Casillas, desplegó hoy su faceta solidaria en la localidad maliense de Sanambele, donde se reunió con Bourama, el niño que apadrina, supervisó la materialización de sus ideas filantrópicas y jugó un partido de fútbol con los más jóvenes del poblado.
En colaboración con la organización no gubernamental Plan España, el "galáctico" paseó por esta localidad, a cien kilómetros de la capital de Mali, Bamako, y se dejó imbuir por las tradiciones del país: llevó su vestuario, bailó su música, comió su comida y, desde luego, interactuó con los niños locales.
Con Bourama en brazos, incidió en el impacto que tiene la infancia para la vida de un hombre. "Desde pequeño jugaba con mi padre en un colegio cerca de casa y él no quería hacer de portero, así que me puse yo". Hoy, a sus 28 años, es considerado el mejor guardameta del mundo y es capitán del Real Madrid y de la Selección Española.
En Sanambele -localidad con aproximadamente 1.300 habitantes- la acción de Plan se ha traducido en numerosas actividades comunitarias: desde un gobierno infantil, con sus diferentes ministros, hasta una organización feminista con treinta miembros, una asociación de nutrición y una radio dirigida por los más pequeños, Kids Wave.
"El día de mañana sois vosotros los que vais a llevar las directrices del mundo. Por eso me parece importante que contéis ahora con buenas condiciones, con alegría, salud y educación", explicó Casillas, que se acercó con humildad pero sin condescendencia a la enfervorizada población.
"Creo que nuestra posición, conociendo como conocemos a Eto'o, Diarra y siendo tan privilegiados, es ayudar a la sociedad. Llevar a la gente el mensaje que le haga saber cómo se vive en estas partes del mundo", aseveró el madrileño.
Como agradecimiento, los habitantes de Sanambele le regalaron una cabra que, como su equipo, era blanca y a la que el deportista acordó llamar Diarra, en homenaje a su compañero de club, Mahamadou Diarra, quien le introdujo en la situación de extrema pobreza de su país, Mali.
"Parar la pobreza infantil" es el eslogan de la campaña que Iker Casillas potencia la erradicación de las carencias que afectan a los niños de los países más desfavorecidos y, en concreto, se centra en frenar la violencia, "mediante el diálogo y el buen hacer", a la que los escolares están sometidos en sus centros educativos.
En Sanambele, una de las doscientas comunidades que Plan -organización que nació en España en 1937- lleva en Mali, los resultados son, según Casillas, notorios: "Estoy orgulloso de lo que están haciendo. Es la primera vez en la vida que veo a niños que se organizan de esta manera. Sois unos emprendedores", dijo con intención de motivar al sector infantil.
Casillas, que cada mes de diciembre organiza junto al tenista Rafa Nadal unos partidos amistosos para luchar contra la malaria, amplía además sus labores solidarias a las visitas a centros de oncología infantil en España.
Por supuesto, en la jornada de hoy en Sanambele también hubo fútbol: no sólo porque fue inevitable que saliera el nombre de Cristiano Ronaldo, que fue presentado ayer en Madrid ante 80.000 aficionados, sino porque Iker se ofreció a jugar un partido.
Dadas las altas temperaturas, el encuentro tuvo una duración de diez minutos y no se jugó sobre césped sino sobre la tierra arcillosa que compone el paisaje rojizo del sur de Mali. Pero como si fuera la final de la Eurocopa, el duelo acabó en penaltis, todos ellos con Casillas de portero.
"San Iker" obró esta vez el milagro inverso, ya que permitió que algunos de los balones sí fueran a parar al fondo de la red, pero aun así no hubo ganador, puesto que el jugador del Real Madrid fue cambiando de equipo a lo largo del partido.
Casillas prometió volver a por el partido de vuelta, pero sobre todo para ver de nuevo a Bourama, su niño a apadrinado, al que espera ver "más contento, porque hoy ha estado un poco triste" o más bien asustado por el repentino revuelo mediático que se despertó a su alrededor.
Desplegado sus don con los más pequeños, Casillas no negó que tuviera instinto paternal, aunque para crear familia "primero hay que encontrar a la pareja", concluyó.
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