Este artículo se publicó hace 14 años.
La huelga pone a prueba compromiso de Grecia con la austeridad
Los trabajadores del sector público de Grecia realizan una huelga el miércoles, en la primera gran prueba para el compromiso del Gobierno de cumplir con sus planes de austeridad para controlar la crisis de deuda que ha afectado a la zona euro.
La huelga de 24 horas llevará a la suspensión de vuelos, el cierre de oficinas gubernamentales y escuelas y dejará a hospitales públicos sólo con personal de emergencia, un día antes de que los líderes de la UE aborden el tema griego en una cumbre económica especial en Bruselas.
Inversores, agencias calificadoras de riesgo y expertos en política de la Unión Europea observarán la huelga y la respuesta del Gobierno. Todos han dicho que Grecia, que es proclive a las protestas violentas, no recibirá apoyo gratuito e instaron al Gobierno a mantenerse firme.
Los sindicatos se oponen a los planes para congelar los sueldos del sector público, reducir los bonos adicionales que muchos griegos reciben además de su sueldo base y reemplazar sólo a uno de cada cinco funcionarios que dejen el servicio civil.
Además, dicen que las reformas tributarias, que también son parte del plan apoyado por la UE para fortalecer las finanzas griegas, perjudicarán a los pobres.
La huelga ocurre un día después de que el Gobierno socialista anunciara nuevas medidas para reducir aún más los gastos en sueldos en el sector público y aumentar los impuestos, desafiando a los sindicatos con planes para ahorrar al Estado cerca de 800 millones de euros este año.
"Ellos habían prometido que pagarían los ricos, pero a cambio le están quitando el dinero a los pobres", dijo Ilias Iliopoulos, secretario general del sindicato del sector público ADEDY. "Esta es la política contra la que estamos luchando, no el esfuerzo por salir de la crisis", agregó.
Los gobiernos europeos habían acordado en principio apoyar a Grecia y están considerando diversas opciones, incluida la ayuda bilateral, dijo el martes un alto cargo de la coalición alemana.
Pero algunos dijeron que no están dispuestos a pagar el precio. "Las medidas relativas a los empleados públicos son sencillamente injustas", dijo Panayotis Daskalakos, un trabajador público de 65 años.
"Iremos a la huelga aún cuando creamos que no podemos ganar la batalla", declaró. "Sabemos que el Gobierno está tomando estas medidas para satisfacer a Bruselas, pero ellos no están pensando en nosotros", agregó.
ADEDY, que representa a medio millón de trabajadores, dijo el martes que posiblemente se sumaría a una huelga del sector público del 24 de febrero o que realizaría otro paro en marzo.
Funcionarios de aduanas y tributarios han planeado huelgas durante febrero y los agricultores han estado bloqueando caminos y la frontera con Bulgaria desde mediados de enero, aumentando la presión sobre el Gobierno.
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