Este artículo se publicó hace 17 años.
El Hospital Vall d'Hebrón aplica con éxito una técnica pionera de cirugía fetal
El hospital Vall d'Hebrón de Barcelona ha salvado la vida de una niña tras practicarle, cuando sólo era un feto de 21 semanas, una cirugía fetal fetoscópica, pionera en el mundo, consistente en liberar una brida amniótica que rodeaba el cordón umbilical y la pierna izquierda de la pequeña.
La anomalía, de no haberse solucionado, hubiera conducido a la muerte del feto por sección del cordón umbilical y, en el menos traumático de los casos, hubiera producido la amputación de la extremidad por la constricción progresiva de la brida amniótica, un apéndice fibroso que se desprende de las membranas que envuelven el feto y que se enrosca en una parte del cuerpo hasta estrangularla.
Una ecografía rutinaria permitió detectar, a las veinte semanas de gestación, que la tibia y el peroné de la pierna izquierda del feto estaban deformados y que el pie estaba enormemente hinchado a causa de esta banda amniótica, que impedía la circulación sanguínea aproximadamente a la altura del tobillo.
Tras evaluar el caso, el equipo de cirugía fetal de Vall d'Hebrón decidió realizar una cirugía intrauterina mínimamente invasiva a través de una entrada de unos tres milímetros en el vientre y otra en la matriz de la madre, por donde se introdujo un láser para quemar y seccionar la brida.
La intervención, que duró unos 55 minutos y se efectuó con anestesia epidural, permitió cortar con éxito el apéndice fibroso, restableciendo así la normalidad del flujo de sangre, tanto en el cordón umbilical como en la extremidad del feto, según ha explicado hoy el doctor José Luis Peiró, responsable de la Unidad de Cirugía Neonatal del centro hospitalario.
Peiró ha destacado que es la primera vez en el mundo que se realiza una cirugía fetoscópica para liberar un cordón umbilical de una brida amniótica, que en este caso ponía en peligro no sólo la extremidad del bebé, que "se habría amputado en dos o tres semanas", sino también su vida.
La pequeña, llamada Lucía y que vive en Mollet del Vallès (Barcelona), nació a las 28 semanas de gestación en perfecto estado de salud y conservando la morfología y funcionalidad de la pierna izquierda, que, no obstante, presentaba secuelas evidentes de la brida.
Es por ello que la pequeña fue sometida a una operación para reconstruir la deformidad de la pierna, que tenía como una anilla que le oprimía fuertemente por encima del tobillo.
"La evolución ha sido satisfactoria y creemos que podrá tener una función normal en la pierna. Lo que sí tendrá es una cicatriz y un trastorno sensitivo que aún no hemos sido capaces de detectar", ha indicado el doctor Màrius Aguirre, que ha subrayado que, en cualquier caso, la pequeña podrá caminar y correr sin mayor dificultad.
Se estima que uno de cada 30.000 embarazos presentan complicaciones debido a bridas amnióticas que se enrollan accidentalmente en las extremidades del feto, como puede ser una mano, un brazo, un dedo, una pierna o la propia cabeza.
El problema es que muchos de estos casos se detectan de forma tardía, por lo que cuando llegan al ámbito hospitalario ya no pueden ser tratados y la solución es la amputación.
Es por ello que es importante detectar esta patología lo más pronto posible en las ecografías prenatales rutinarias, que permiten observar, en el caso de que una brida estrangule una extremidad, cómo esta tiene un tamaño anormalmente grande.
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