Este artículo se publicó hace 13 años.
Homicida o buen samaritano
Aseguró que no golpeó a la víctima, que simplemente evitó que esta provocase una reyerta. Insistió en que tampoco se dejó caer con sus 95 kilos de peso "a plomo" sobre el joven de 18 años cuando este estaba en el suelo, sino que le sujetó las manos y que, incluso, le ladeó la cabeza al ver que daba arcadas para evitar que se ahogara si vomitaba. Antonio Sánchez, alias Pitoño, el principal acusado de la muerte en noviembre de 2008 de Álvaro Ussía a las puertas de la discoteca El Balcón de Rosales, negó durante la segunda sesión del juicio, celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Madrid, que él fuera el responsable de las lesiones que causaron la muerte del joven, y por lo que Fiscalía y acusaciones piden para él 15 años de cárcel.
Firme en su declaración y aparentemente tranquilo, Pitoño intentó presentarse casi como un buen samaritano que intentó evitar que la víctima se metiera en problemas. Sin embargo, su versión duró en pie sólo unos minutos. Los que tardaron en comenzar a declarar los otros dos procesados, los porteros de la discoteca David Sancio y David Alonso. Ambos aseguraron en la sesión de ayer que vieron cómo su jefe sí tuvo una rodilla apoyada en el pecho de la víctima.
Un compañero de banquillo afirmó que le vio abofetear dos veces al joven
Hasta ese momento, el relato de Pitoño aparentaba no tener fisuras. Aseguró que se encontraba fuera de la discoteca cuando vio que eran expulsados dos jóvenes que resultaron ser Álvaro Ussía y un amigo de este, Rafael. Antonio Sánchez insistió en que el primero estaba "borracho" , "alterado" e "insultando a todo el mundo", y que Rafael intentaba llevárselo para evitar problemas. Instantes después, siempre según su declaración, este y su amigo se cruzaron con otro grupo de jóvenes y se inició un intercambio de insultos. "Por hacer un bien", Pitoño se dirigió hacia la víctima y su amigo, y los empujó a lo alto de una escalera situada junto a la discoteca.
Al llegar arriba, el procesado aseguró que no recuerda bien que pasó: "Álvaro tropieza, resbala, se cae al suelo, me agarra y me tira. Yo caigo encima de él. Estaba muy nervioso y le cojo de las manos para que no me pegue", afirmó. Poco después, tres chicas que aseguraron tener conocimientos sanitarios se ofrecieron a atender al joven. Tras llegar los servicios de emergencia, Pitoño se desentendió de la víctima. "No vi que corriera peligro", afirmó. Dos horas después, Álvaro estaba muerto.
Un detalle clave
Según el otro procesado, Pitoño' golpeó en un tobillo a Álvaro antes de caer
En todo momento, Pitoño negó que en la caída pusiera la rodilla sobre el pecho de la víctima. "Una la tenía flexionada y la otra, en el suelo", recalcó incluso con gestos. Sin embargo, en este detalle, clave en el caso, ya que Ussía falleció por un fuerte golpe en el pecho que le rompió el corazón, los otros dos procesados dieron testimonios opuestos al suyo. Ambos aseguraron que sí vieron cómo tenía la rodilla izquierda sobre el pecho de la víctima.
Además, David Alonso añadió que vio cómo abofeteaba al joven antes y después de la caída, y su compañero Sancio añadió que observó cómo el principal acusado golpeó "en el tobillo" a la víctima poco antes de que esta cayese. Dos detalles más que dejaban malparada la imagen de buen samaritano que Pitoño quiso dar ayer.
El acusado asegura que se fue cuando vio que la víctima «no corría peligro»
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