Los hijos de La Masia llaman a la puerta
Los vástagos de Guardiola o Amor, en las inferiores del Barça
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Màrius corretea por el Campo 1 de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí con una pelota en los pies. Ronda los 8 o 9 años; es un crío delgado. Parece un niño inquieto, como su padre, y está contento porque sus progenitores le han apuntado este año a la escuela de fútbol del Barça. Jessua, que si no se afeita ya poco le falta, también acaba de incorporarse a la cantera azulgrana; está en el juvenil B que entrena Sergi Barjuán. Tiene piernas y apellidos de futbolista, esto último, como Màrius. Jessua Andrea Angoy es nieto de Johan Cruyff; Màrius, hijo de Pep Guardiola.
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Es el ciclo de la vida. Mientras La Masia, la residencia de los jóvenes talentos de la cantera del Barcelona, celebra este mediodía su trigésimo aniversario cumplió años el martes, algunos de los que fueron sus ilustres inquilinos disfrutan hoy con orgullo al ver cómo sus hijos les toman el relevo con la camiseta azulgrana.
En el campo 6 de la ciudad deportiva, donde se entrenan los equipos de fútbol siete del club, Guillermo Amor junior, que juega en el Benjamín B, se lo pasa en grande. "Es el pequeño y nació cuando ya estábamos en Vila-real", rememora su padre. "Así que nunca me vio jugar en el Camp Nou", abunda Amor, que ganó con el Dream Team la primera Copa de Europa del Barça. El ex centrocampista, siempre discreto, disfruta viendo jugar a sus hijos el mayor lo hace en el Europa. Es partidario de no abrumar a los críos; ni batallitas ni consejos: "Yo lo que valoro es la actitud, que el niño no esté apático; el resto se lo dejo a los entrenadores; además, Guillermo, donde está, los tiene muy buenos", conviene Amor.
La Peña de los Golosos, que a mediados de los noventa formaron en La Masia Guardiola, Tito Vilanova (ahora su mano derecha en el cuerpo técnico del primer equipo) y Aureli Altimira (uno de los preparadores físicos), entre otros, también tiene su relevo generacional en el seno del fútbol base azulgrana. Un sobrino de Altimira, que le sigue los pasos como ariete ahí destacó Aureli en sus tiempos mozos, juega en el Benjamín B del club, como Amor junior.
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"No miramos los nombres", dice el coordinador de la cantera azulgrana
En cambio, Adrià Vilanova, hijo de Tito, destaca en la zaga del Infantil B. "Llegó al club antes de que yo regresara como entrenador", aclara su padre. "No fichamos nombres. Lo que más valoramos a la hora de seleccionar a los niños es su técnica e inteligencia", detalla Albert Benaiges, coordinador de la cantera del Barça desde benjamines hasta cadetes.
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También en el infantil B destaca Svein Aaron Gudjohnsen, que, con su rubia cabellera, sobresale como lateral izquierdo. Aunque su progenitor ya no está en el club juega en el Mónaco, su madre sí se quedó en Barcelona, donde al chaval le llueven los elogios. De hecho, esta temporada, Svein juega en una categoría superior a la que le correspondería por su edad, mientras que su hermano pequeño ya está en lEscola.
Jesús Unzué, hijo del que en su día fuera portero azulgrana, Juan Carlos Unzué (desde hace ya seis temporadas preparador de los metas del primer equipo culé) defiende los palos del Juvenil B de Sergi Barjuán. De hecho, Unzué junior es de los pocos chavales de la cantera del Barça que destaca en la misma posición en la que lo hizo su padre. "Yo, como todo hijo de futbolista, me siento orgulloso de haber seguido los pasos de mi padre", interviene, en este sentido, Sergio Busquets. "Pero jugar en una demarcación diferente creo que me evitó problemas. Aún así, siempre oyes comentarios y tienes que acostumbrarte a vivir con ellos", concluye Busi junior, conocido entre sus compañeros con el mismo apodo que su progenitor.
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A eso debe de estar ya acostumbrado el nieto de Cruyff, Jessua, hijo del también ex portero barcelonista Mariano Angoy. El chaval acaba de aterrizar en el club procedente del Europa. Curiosamente, en el equipo de Gracia siempre jugó como delantero. Ahora, Sergi le prueba en el juvenil B como lateral derecho. "Es un buen chaval", destaca Albert Anglada, el técnico que siempre lo llevó en el Europa. "Físicamente es muy fuerte y tiene muy buena técnica", añade Anglada. "La temporada pasada con nosotros apenas jugó, tuvo muchos problemas con las rodillas por el tema del crecimiento", concluye el técnico graciense.
El nieto de Cruyff está en el Juvenil y Laporta destaca en el Infantil B
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Luego está el caso de Mazinho, que no jugó en el Barça pero tiene a sus dos hijos, Rafa y Thiago, en la cantera azulgrana. De hecho, Thiago, de 18 años, ya debutó la temporada pasada en Mallorca con el primer equipo.
"El trato es el mismo para todos, nos hemos interesado por chicos que eran hijos de... y no lo supimos hasta que quisimos captarlos", revela Benaiges. "Me acuerdo que nos fijamos en un chaval rubito que lo hacía muy bien en lEscola y luego nos dijeron que su padre era directivo del club", cuenta el técnico sobre Enric Franquesa, el menudo y habilidoso extremo del Infantil B, hijo del ahora vicepresidente de la entidad. En el mismo equipo milita Guim Laporta, el hijo del presidente. Mientras que en el Benjamín A lo hace Lucas Sanllehí, vástago del director de fútbol del club.
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El caso más curioso de todos es, quizás, el del portero de ese Benjamín A, Àlex Pascual. Pasqui, que también hereda el sobrenombre de su padre, es hijo de un ex cancerbero del club que nunca pisó un campo de césped. Se trata del retoño de Xavi Pascual, ahora entrenador del equipo de balonmano. Pasqui senior también defendió en su día la camiseta del Barça bajo los palos de la portería del Palau Blaugrana II.