¿Hasta cuándo puede aguantar España sin ser rescatada?
El fantasma de la intervención amenaza a la economía española. Los casos de Grecia, Irlanda y Portugal pueden dar alguna pista.
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Los tambores de una intervención de la economía española por parte de la Unión Europea (UE) sonaron ayer, miércoles, con fuerza. Y siguen sonando. Este jueves España puede vivir otra jornada de vértigo.
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La pregunta que se hace el mundo entero es "¿Va a ser España intervenida?". Los hay optimistas y los hay pesimistas. El coro de voces no es unánime. Hay quien dice, como el ministro De Guindos, que España no puede aguantar mucho tiempo con la prima de riesgo por encima de 500 puntos básicos. También hay quien señala que la prima no es un indicador tan determinante para una intervención o no, que en lo que hay que fijarse es en la rentabilidad que se paga por el bono a diez años, el de referencia para los mercados.
Pero, ¿dónde se sitúa el nivel de intervención? Lo ocurrido con Grecia, Irlanda y Portugal, los tres países intervenidos hasta ahora, puede dar alguna pista.
Grecia superó la barrera de los 500 puntos básicos en su prima de riesgo el 22 de abril de 2010. Estuvo 16 días por encima de esa cota, hasta que el 8 de mayo, cuando su prima marcaba 965 puntos, tuvo que pedir un rescate. La rentabilidad de su bono a diez años se situaba entonces en el 8,83%.
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Irlanda tuvo su prima de riesgo por encima de 500 puntos básicos 24 días antes del rescate. El 28 de noviembre de 2010 su riesgo país alcanzaba los 646 puntos y se procedía a la intervención. El país pagaba entonces un 8,89% de intereses por su bono de referencia.
El último en sumarse al club de los intervenidos fue Portugal. El 31 de marzo de 2011 la prima portuguesa superaba los 500 puntos por primera vez; el 4 de mayo Portugal era intervenido. Ese día su prima era de 623 puntos básicos y la rentabilidad del bono a diez años se colocaba en el 8,76%.
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España tiene una prima en 540 puntos básicos y el interés del bono a diez años está en el 6,7%. Un interés muy alto, sin duda, pero el pasado mes de noviembre España ya pagó el 7% de intereses. Los expertos no se ponen de acuerdo en dónde situar el umbral de la intervención: algunos creen que está en el 7%, dada la gravedad de la situación, y otros señalan que la economía española puede aguantar hasta el 9%.
En cualquier caso, ayer, en los pasillos del Congreso, eran notorios los nervios de los miembros del Gobierno. La evolución de la prima de riesgo no era más que una consecuencia de lo que estaba ocurriendo en un día muy intenso: por la mañana el Financial Times informaba Banco Central Europeo rechazaba el plan del Gobierno español para sanear Bankia, aunque luego llegó un desmentido de tres líneas en un comunicado no demasiado convincente; el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que el día anterior anunciaba que anticipaba un mes su salida, decía en el Congreso que podía contar "todo" sobre Bankia , pero que no lo haría "por responsabilidad"; el Ibex siguió cayendo (un 2,58%) y Bankia volvió a desplomarse al ceder un 8,60%.
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En Bruselas los acontecimientos también se precipitaron: el presidente de la Comisión Europea abría la puerta a que fueran los bancos, y no los Estados, los que acudieran al fondo de rescate europeo. Una llama de esperanza que minutos más tarde apagó el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, al afirmar que esa posibilidad no está contemplada en el Tratado de la UE.
Ante la gravedad de la situación, el ministro de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, cogió un avión a Berlín para entrevistarse con su homólogo aleman, Wolfgang Schaüble, para pedir árnica. Este mismo jueves Soraya Sáenz de Santamaría, viaja a Estados Unidos para entrevistarse con Christine Lagarde, presidenta del FMI, y con Timothy Geither, secretario del Tesoro de Estados Unidos. Según Moncloa, el viaje está programado desde hace tiempo y se enmarca dentro de "la diplomacia económica", pero nadie duda de que la vicepresidenta buscará apoyos en Washington, dado que Bruselas parece paralizada.