Este artículo se publicó hace 14 años.
Hablar puede ayudar a la recuperación de los huérfanos haitianos
Jo, de cuatro años y quien quedó huérfano por el devastador terremoto de Haití, cantaba por un teléfono móvil y pedía juguetes y dulces.
El niño dijo a un voluntario de la Cruz Roja Haitiana que hablaba por teléfono con su mamá, aunque ella es una de las decenas de miles de personas que murieron en la catástrofe del 12 de enero en el empobrecido país caribeño.
"Le pregunté, '¿Con quién estabas hablando?'", dijo el jueves la funcionaria de la Cruz Roja Magalie Saint Simon, quien rescató al niño después del terremoto, en una entrevista.
"Con mi madre", le respondió. "Ella dijo que no va a venir a buscarme (...) porque está muerta", agregó.
Jo y otros huérfanos están siendo tratados por una unidad de consejo psicológico móvil desplegada por primera vez en un desastre semejante por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Ea Suzanne Ashak, quien lidera la unidad, dijo que el CICR aprendió la importancia de una rápida intervención psicológica después del tsunami del océano Indico en 2004 que dejó más de 200.000 personas muertas, principalmente en Indonesia, India, Tailandia, Sri Lanka y las Maldivas.
"Las personas que no recibieron apoyo psicológico se deprimieron, no volvieron a involucrarse con la sociedad, no participaron en la reconstrucción de la sociedad", declaró.
"Su forma de vida se perdió, no sabían qué hacer, no sabían a dónde acudir, de alguna manera sólo permanecían sentados, daban vueltas", agregó.
En Haití, la meta es ayudar inmediatamente a la gente a lidiar con la angustia extrema para que puedan concentrarse en la supervivencia física, afirmó.
Voluntarios entrenados intentan con gentileza buscar información sobre niños perdidos, sus familiares y su pena. La conversación imaginaria de Jo por teléfono con su mamá podría ser una forma segura de ayudar a los niños a expresar su pesar.
"ALGO MAL ADENTRO"
Saint Simon dijo que los niños muestran la angustia de maneras diferentes. Algunos dejan de comer o de hablar, otros se vuelven hiperactivos y otros simplemente permanecen furiosos.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud dicen que tratar los efectos psicológicos del terremoto podría ser tan importante como tratar las heridas físicas, especialmente entre las víctimas jóvenes que pueden llevar sus traumas de por vida.
Los menores de 18 años corresponden a casi la mitad de los 9 millones de residentes de Haití, según el fondo infantil de la ONU, la UNICEF.
Jo, inicialmente reservado y silencioso, finalmente se abrió cuando Magalie le dio un teléfono para jugar.
"Eso realmente me tocó, porque él siente que que algo sale desde adentro. No lo sé, pero hay algo mal adentro", dijo Magalie a Reuters televisión.
"Estoy tan feliz porque él comenzó a comer ahora. Me acaba de decir allí que está hambriento", agregó.
Las dos semanas que han pasado desde el terremoto que dejó hasta 200.000 haitianos muertos y cerca de 1 millones de heridos han sido claves para ayudar a los niños, dijo Magalie.
"Si vas por entre las carpas, verás el cambio. Si has venido antes, habrías dicho que eran monstruos. Ellos no jugaban, no querían hablar, expresarse. Cuando nosotros conversamos con ellos, mantenían silencio. Fue increíble. Ahora están bien", afirmó.
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