Este artículo se publicó hace 15 años.
Gustavo Dudamel renueva a Tchaikovsky con los jóvenes de la Sinfónica Simón Bolívar
La quinta sinfonía de Tchaikovsky sirve en el nuevo disco del director Gustavo Dudamel, quizá el alumno más aventajado de "El Sistema" venezolano de orquestas, para mostrar que la juventud de la Sinfónica Simón Bolívar es capaz de darle al reverenciado compositor ruso un dinamismo e introspección nuevas.
Dudamel y la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar -Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008- ya "arrasaron" el año pasado en Hispanoamérica y Europa con su primer disco, "Fiesta", y ahora, en su segundo trabajo, que también edita Deutsche Gramophon, se han decidido por el compositor ruso porque, según el director, "es parte" de la cultura venezolana.
El disco, que se complementa con Francesca da Rimini op.32, es la grabación en directo del concierto que esa formación ofreció en enero del año pasado en el Centro de Acción Social por la Música, Sala Simón Bolívar, de Caracas.
En él, la Simón Bolívar demuestra por qué es un éxito esa mezcla de política educativa y música que es "El Sistema", un proyecto que comenzó el compositor y economista José Antonio Abreu en 1975 en un garaje de Caracas.
Actualmente, "El Sistema", un método por el que niños y jóvenes, especialmente de familias desfavorecidas, toman clases intensivas de música seis días a la semana, está constituido por unas 170 orquestas en todo el país, en las que están integrados unos 265.000 muchachos.
En el centro de la iniciativa aparece Gustavo Dudamel (Barquisimeto, 1981), uno de los alumnos del "maestro" Abreu y en la actualidad director musical de la Simón Bolívar, de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo y de la Filarmónica de Los Ángeles.
El joven director, que acaba de recibir en Londres el premio "Classical Brit" al mejor artista masculino del año, hace una renovada interpretación de Tchaikovsky con la que pretende, según explica en el disco, que todos los que la oigan caigan, como ellos mismos, "enamorados y rendidos a su música".
La orquesta, que hizo el pasado mes de abril una gira por España con Dudamel, afronta el Andante que abre la quinta sinfonía como una plataforma de despegue para un dramatismo que se va haciendo cada vez mayor.
El sólo de trompa de Elvis Romero y las interpretaciones de Frank Giraldo, al oboe, y Gonzalo Hidalgo, al fagot, son de una gran belleza y energía.
Para el final, Dudamel recupera las tradiciones de Golovanov, Koussevitzky, Mravinsky y Stokowski pero para otorgar a los tonos bajos un gran vigor.
En cuanto a la interesante fantasía sinfónica Francesca da Rimini, op.32, una obra de juventud del compositor inspirada en un cuento de la Divina Comedia, Dudamel le da un nuevo sentido "estilo Nuevo Mundo" al infierno y a la pasión amorosa, en lo que recurre a un afinado y controlado solo de clarinete de David Medina.
La Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar está formada por 240 músicos de entre 14 y 29 años y son la "primera división" de "El Sistema" fundado por Abreu.
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