Este artículo se publicó hace 15 años.
Las guerrillas FARC y ELN unen fuerzas en Colombia
Los grupos armados anuncian el cese de los enfrentamientos mutuos que han causado 2.000 muertos y acuerdan escenarios de guerra comunes contra el Gobierno de Álvaro Uribe
Antonio Albiñana
Colombia se despertó hoy con la noticia de un acuerdo entre las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), tras años de división y enfrentamiento. El acuerdo impone un vuelco en la gestión del conflicto interno colombiano por parte del Gobierno de Álvaro Uribe y su política estrella: la seguridad democrática.
A pesar de que el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, el general Fredy Padilla de León, se apresuraba a desmentir con vehemencia en las principales emisoras de radio del país la posibilidad del acuerdo entre las fuerzas insurgentes, el comunicado difundido horas después por la Agencia Anncol, órgano oficioso de las FARC, no dejaba lugar a dudas.
Ambos grupos han luchado años por áreas de influencia y zonas cocaleras
Su máximo órgano de dirección, el Secretariado, que dirige Alfonso Cano desde la desaparición de Manuel Marulanda Tirofijo, y el Comando Central del ELN, al mando del Comandante Gabino, se reunieron "en un ambiente de fraternidad y camaradería" para resolver "las dificultades que se han presentado entre ambas organizaciones" y abordar "con sinceridad y transparencia" la actual crisis colombiana.
"Parar la confrontación"Ambos movimientos guerrilleros se hallaban enfrentados de forma sangrienta en disputa por áreas de influencia y dominio de las zonas cocaleras de Colombia, con un saldo de más de 2.000 muertos en Arauca y Nariño. El ELN, según informes de la Fundación Nuevo Arco Iris, buscó incluso en algunas zonas alianzas con el Ejército y grupos emergentes del paramilitarismo para sobrevivir.
El pacto de las bases con EEUU determinó el pacto entre guerrillas
A partir de ahora, ambos movimientos guerrilleros han decidido "parar la confrontación entre sus fuerzas" donde antes andaban a tiros, no permitir "ningún tipo de colaboración con el enemigo", y hacer uso de un "lenguaje respetuoso entre las dos organizaciones". Saliendo al paso de las frecuentes acusaciones de puro bandolerismo, los dirigentes de ambas guerrillas acordaron mantener "respeto a la población no combatiente y a sus bienes, intereses y organizaciones sociales".
En declaraciones a Público, el politólogo León Valencia, antiguo miembro de la cúpula del ELN, estima que este grupo es el más beneficiado en el acuerdo: "estaba muy débil y las FARC tienen muchos más hombres, armas y recursos".
Bases militaresPara Valencia, el Tratado entre Colombia y Estados Unidos para la instalación de siete bases militares ha sido decisivo en el pacto: "Las futuras bases han reavivado a unas guerrillas que nacieron en los años 60 dentro de una oleada contra el imperialismo estadounidense", señaló. "Además, las tensiones con Venezuela, en cuya frontera están presentes, hacen obligatoria la unidad que hace tiempo venían buscando y significará para el país la profundización de la guerra por la creciente influencia de la guerrilla", agregó.
Para este analista, los movimientos armados, que han recibido en el pasado castigos muy importantes del Gobierno, han reaccionado pactando escenarios comunes de guerra: la Cordillera Central, el Valle del cauca y el Huila.
Tras una etapa de desconcierto y victorias decisivas del Gobierno Uribe, especialmente durante el pasado año cuando Marulanda agonizaba en medio de un desconcierto en las filas de la guerrilla, que favoreció el bombardeo contra el campamento de Raúl Reyes y el asesinato del comandante Ivan Ríos a manos de uno de sus guardaespaldas las FARC se estabilizaron con la elección como jefe supremo del universitario Alfonso Cano y la Operación Renacer, en la que retomó el control de varios territorios e incluso se creó un nuevo frente en el Guaviare.
Por su parte, el ELN ha consolidado su poder en la frontera mediante el control de cinco de los siete pasos ilegales con Venezuela.
Secuestro, narcotráfico y acciones armadasAunque la práctica del secuestro, la implicación en el negocio del narcotráfico y algunas acciones armadas contra población civil han fomentado en los últimos años el desprestigio de la guerrilla ante la opinión pública y el alejamiento de sectores de las clases medias ilustradas que les apoyaban con más o menos énfasis frente a las barbaridades de paramilitares y Ejército el reclutamiento de nuevos efectivos no ha cesado.
Según el sociólogo Alfredo Molano, aunque ya no se da una incorporación a filas abierta, "en los pueblos sigue habiendo una obligación de ciertas familias donde las FARC tienen poder en dar un hijo o dos a una especie de servicio militar obligatorio a las FARC". Para León Valencia, las guerrillas tienen una capacidad de reclutamiento rural: "Colonos, campesinos cocaleros expulsados de las fronteras agrícolas encuentran como opción la guerrilla".
Molano, antiguo compañero en la Universidad nacional del líder de las FARC Alfonso Cano, le preguntó si creía sinceramente en la toma del poder y la socialización de los medios de producción como objetivo alcanzable. "Mira, yo no sé eso, lo que sí es cierto es que vamos a luchar hasta que no haya pobres en Colombia", respondió el jefe guerrillero.
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