Este artículo se publicó hace 15 años.
"La guerra contra el terrorismo fue un error"
David Miliband, ministro de Exteriores británico y ojo derecho de Blair, reclama para Occidente un cambio de rumbo en la política antiterrorista que deje de diferenciar entre "buenos y malos" y vaya a las raíces del problema
Casi ocho años después de los atentados contra las torres gemelas de Nueva York y las guerras que vinieron y que siguen latentes como respuesta al ataque de Al Qaeda, Occidente parece dispuesto a cambiar de estrategia contra el terrorismo.
Blair, Aznar y, más tarde, Bush, las tres personas que trasladaron a Irak los infundados miedos sobre la existencia de armas de destrucción masiva y sumieron al mundo en una lucha constante contra el terror que ha costado cientos de miles de muertos, salen del escenario político para dar paso a nuevas caras que reclaman un giro en el rumbo de tales operaciones.
Ninguno de ellos ha mostrado arrepentimiento. La prueba más reciente son las palabras de Bush en su despedida de la prensa esta semana. El todavía presidente norteamericano se jactó de la actuación de su administración en la 'Guerra contra el terrorismo' justo un día después de condecorar a Blair con la medalla de la Libertad por su ayuda en tales batallas.
Miliband cree que el término empleado para dar una respuesta a los atentados del 11-S ya no tiene cabida hoyEste jueves, una de esas nuevas caras de la política occidental, David Miliband, actual ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido y antiguo ojo derecho del propio Blair cuando era primer ministro británico, dice este jueves en un artículo en The Guardian que todas esas estrategias no han servido de nada, que se equivocaron: "La guerra contra el terrorismo ha sido un error".
Terrorismo unificadoEl motivo, según Miliband, es que la 'guerra contra el terrorismo' se dirigió hacia un todo unificado que en realidad no es tal y que, además, se puso en práctica por la vía militar en varios frentes sin dirigirse a las causas de los mismo. El ejemplo del titular de Exteriores británico es claro: "Lashkar-e-Taiba [la organización acusada de llevar a cabo los últimos atentados en Bombay] mantienen que su lucha es por Cachemira. Hizbolá habla de resistencia por la ocupación de los Altos del Golán. Los insurgentes suníes y chiíes en Irak tienen multitud de demandas. Todos estos grupos son tan diversos como lo eran en los 70 grupos armados como el IRA, ETA o el Baader-Meinhof. Ellos usan el terrorismo y en ocasiones se han ayudado los unos a los otros, pero sus causas no eran las mismas. Tal y como pasa hoy".
Es un golpe en la línea de flotación de la política internacional de su país en los últimos años. Miliband cree que el término empleado para dar una respuesta a los atentados del 11-S ya no tiene cabida hoy. "Esa expresión [Guerra contra el terrorismo] hacia referencia a la gravedad de los ataques, la necesaria solidaridad entre países, y y la urgencia de una respuesta con la fuerza. Pero ahora ha perdido su significado en tanto que necesitamos luchar contra las raíces del terrorismo".
Además, Miliband sigue en su explicación haciendo referencia a la retórica del "bien y del mal" tan empleada por los tres gobernantes antes citados desde el 11-S. "Cuanto más los tratamos como una unidad, como una batalla entre buenos y malos, más razones les damos para unirse".
"La lucha contra el terrorismo no debe basarse en quién es nuestro enemigo" Llegar a las raícesCitando al general Petraeus, antiguo encargado de coordinar las acciones militares de EEUU en Irak y actualmente al mando de las operaciones en Afganistán, Miliband dice que la coalición no puede "hacer oídos sordos a lo que reclaman los insurgentes y a los problemas de los civiles". Por eso vuelve a repetir lo que debe se la nueva vía en la lucha contra el terrorismo: "Necesitamos pararlos desde sus raíces interceptando el intercambio de armas y la financiación, hacer visibles sus demandas y llevarlos a los cauces democráticos".
En resumen, para Miliband, a partir de ahora, la lucha contra el terrorismo "no debe basarse en quién es nuestro enemigo, sino en la idea de quiénes somos y qué valores compartimos. Los terroristas ganan cuando consiguen imponer el miedo y crean división, cuando fuerzan a las naciones a responder con la fuerza y la represión. Y la mejor respuesta es no acobardarse".
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